Aunque mezclar música y poesía suene a trillado, Antagonista nació como un reto y como tal ha crecido desde que la cantante Christina Rosenvinge y el poeta Alejandro Simón se unieron para hacer lo que mejor sabe hacer cada uno, pero también para traspasar fronteras y coquetear con terrenos aparentemente ajenos. Se conocieron, ella escribió el prólogo del último poemario de él, Nódulo noir, y se dieron cuenta de que los polos opuestos se atraen. «Es un experimento para confrontar música y poesía, y comprobar cómo beben una de la otra», afirma la que está considerada icono de la música independiente.

Ambos estarán hoy en el Centro Social de San Vicente, a partir de las 20.30 horas, dentro del festival Nosomostanraros, para presentar su Antagonista, espectáculo en el que, apunta Simón, «hemos creado una especie de nuevo lenguaje a través del diálogo entre sus canciones y mis poemas». De esta forma, la cantante canta sus canciones, incorporando también poemas, y el poeta recita sus versos y las letras de esas canciones, con el fondo musical que en muchas casos Rosenvinge improvisa a la guitarra. «Hay cierto clasicismo en lo que hacemos los dos pero también un espíritu experimental», afirma la que fuera cantante del grupo Christina y los Subterráneos.

Antagonista es además una confrontación hombre-mujer, generaciones distintas, diferentes disciplinas. «Para mí dice Rosenvinge es un experimento social porque tendemos a dividir a la gente por sexo, por nacionalidades, por generaciones, cuando hay muchos rasgos comunes».

La cantante va nutriendo el espectáculo con nuevas canciones, «cuando están madurando», porque hacer estructuras cerradas «con algo tan libre como la poesía de Alejandro sería ponerle un corsé».

Si Christina Rosenvinge ha cambiado la multitud de sus conciertos por la intimidad de este montaje, para Alejandro Simón ha supuesto dejar su intimidad por una multitud. «Para mí es muy atractivo porque es bastante aburrida la vida de un poeta y que solo te lean otros poetas; es excitante que la gente se acerque a ti de otra manera». Para la cantante también es una experiencia. «La gente que viene a ver esto es más abierta y me gusta porque da mayor libertad y también mayor capacidad de riesgo; de esto es de lo que me alimento para hacer lo otro».

Tanto es así que en su nuevo disco, que espera sacar el año que viene, «los textos son mucho más poéticos, me he atrevido a hacer más lírica que en otros», destaca la autora de La joven Dolores y Un caso sin resolver, sus dos últimos trabajos discográficos.

«Lo difícil es que un músico con tanto recorrido se arriesgue a algo tan complicado como esto, no es fácil hacer esto con alguien que tiene una carrera tan sólida como Christina», destaca Alejandro Simón que considera que, en las circunstancias actuales, la poesía debe «contaminarse de la realidad, pero para llevarla a un sitio más sofisticado; se puede vivir con la poesía pero no de la poesía».

Pese a la situación adversa, Christina Rosenvinge es optimista. «Si algo va a salir de esta crisis es una generación muy potente, con mucha formación y mucho criterio, para nada conformista, porque la situación es muy adversa con ellos y de forma injusta».