Empezó en televisión siendo la reportera estrella en la serie Periodistas y ahora se sube al teatro con Desclasificados, convertida de nuevo en periodista.

Bueno, uno no se sabe nunca un papel, pero es cierto que esa profesión me apasiona. De hecho hubo un momento en que me planteé estudiar periodismo y me hubiera gustado mucho trabajar en radio. Pero son periodistas muy diferentes. Son mujeres fuertes aparentemente, decididas, con mucho carácter, pero en Periodistas era un potrillo desbocado, con una fuerza arrolladora, pero le podía el corazón. En este caso, Silvia Galván es una de las top del país, muy reputada y tiene mas experiencia. Pero lo importante, más que ser periodista, es que es una mujer de principios.

La trama no puede ser más actual. Políticos corruptos, cortapisas a la prensa... aunque Pere Riera la escribió hace nueve años.

Sí. No puede estar de mayor actualidad, por desgracia, pero lo ha estado siempre, lo que ocurre es que ahora nos enteramos y parece que es algo muy generalizado que alcanza a casi todos los estamentos sociales y en especial a los que llevan las riendas del cotarro.

Comparte escenario con Jordi Rebellón, que ha sido su compañero en Hospital Central.

Es un medio distinto, pero Jordi y yo hemos tenido mucha compenetración desde que nos conocimos, aunque trabajamos de forma diferente. Y con Joaquín Climent tenía muchas ganas de trabajar.

En televisión ha participado en Isabel, como madre de Boabdil. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Ha sido un privilegio poder hacer un personaje tan recordado, sobre todo por una frase -«llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre»-, que tuvo un importante papel en la caída de Granada. Solo por poder decir esas palabras, ha merecido la pena.

¿Cómo ve el nivel de las series españolas actuales?

Me cuesta mucho comparar porque la ficción en España no es toda igual. Hay cosas de una gran calidad, otras más mediocres y otras que son de muy poco nivel. Pero en general, desde Periodistas sí hemos avanzado. Hizo historia y ayudó a que fuera avanzando la industria. Para el tiempo que esta industria lleva funcionando vamos a buen ritmo. Ahora estamos en un tiempo muy difícil, hay poco presupuesto y no se asumen riesgos para contar cosas un poquito diferentes. Es un momento conservador a nivel de contenidos. España tiene una cantera de profesionales estupenda en ficción, tanto en cine como en televisión, y espero que cuando tengamos presupuesto sigamos demostrándolo.

Parece que se le resiste el cine.

A mí me gustaría hacer más. He hecho poco y casi todo en EE UU, como El amor en los tiempos del cólera y Crónicas de Narnia. Las que he hecho aquí se han visto menos.

El Teatro Principal, en el que va a actuar, ha aumentado un 10% el número de espectadores. O sea, que la gente sigue yendo al teatro?

Yo creo que el teatro está vivo y siempre va a estarlo. La gente hasta en crisis va porque tiene más necesidad de ir. A lo mejor va menos, pero no deja de ir. Es una experiencia que no se puede encontrar en el top manta.

¿Se nota que los presupuestos son más escuetos para producciones o no lo es todo el dinero?

Nuestro compromiso como profesionales es hacer nuestro trabajo lo mejor posible, desde la interpretación o desde la producción, pero en estos momentos hay un problema económico, se programa menos o no se programa y por tanto llega menos a todas partes. Pero la calidad no depende solo del presupuesto, en absoluto. Meryl Streep sentada en una silla quitándose una mocas de la cara no de ningún presupuesto. Es un referente para cualquier actor.

¿Cree que la subida del IVA ha machacado la cultura?

Vamos, es indiscutible. Los productores han absorbido ese IVA para que no repercuta en el espectador y por tanto tiene menos para producir. La cultura es un derecho, no es un artículo de lujo. Yo no estoy en contra de los recortes, incluso en cultura, pero esto ha sido exagerado, la proporción es excesiva, es desproporcionado...

¿Que le preguntaría al presidente si tuviera que entrevistarlo?

Pues mira le preguntaría qué piensa que es lo mejor que han hecho todos y cada uno de los gobiernos que le han precedido en el cargo desde la democracia. Porque algo habrán hecho bien, digo yo.