Joaquín Sorolla vuelve al Museo de Bellas Artes Gravina (Mubag) con una de las exposiciones más relevantes y peculiares del pintor valenciano que, tras su paso por Madrid, desde ayer se puede contemplar en Alicante hasta mediados de octubre.

Con fondos del Museo Sorolla de Madrid y la colección particular de la familia Pons-Sorolla, Sorolla. Fiesta y color. Una mirada etnográfica reúne 105 piezas sobre costumbres e indumentaria regionales que inspiraron al artista para la serie Visiones de España, con la que decoró la Biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York, por encargo del americano Archer M. Huntington en 1911.

Sorolla viajó por España durante los ocho años previos (1012-1919) para captar la cultura tradicional del país a través de la vida campesina y de la indumentaria propia de los lugares, que empezaba a desaparecer ante los trajes industriales, con trajes que él mismo compraba -por algunos le pedían hasta 2.500 euros de la época- para plasmar en sus cuadros.

La muestra reúne 25 pinturas con figuras a tamaño natural y paisajes de Castilla, Ávila, El Roncal, Valencia o Jerez, nueve conjuntos de indumentaria con 34 prendas con su joyería correspondiente, 12 fotografías y dos cartas de Sorolla a Clotilde, su mujer.

Se trata de una exposición diferente, de un Sorolla que abandona los cuadros del mar y la luz mediterránea para mirar a la España de interior, «la marca España de 1912», como ha señalado en la inauguración la comisaria de la exposición, Covadonga Pitarch.

En la exhibición para el museo alicantino, con el que el Museo Sorolla mantiene una colaboración fluida en los últimos años -de hecho, el Mubag es el segundo punto de destino de la muestra, que no pasará por Valencia, sino que continuará en Castellón-, incorpora algunas novedades no expuestas juntas hasta ahora, como un traje de charro regalado a Sorolla en 1912 o un mantón prestado por el Museo del Traje. También se muestra un traje de valenciana de la hija mayor del pintor, María Sorolla García, con sus complementos o la pintura Fiesta valenciana en la huerta, que cuelga en un museo por primera vez.

Con Sorolla. Fiesta y color se pone de relieve la faceta de coleccionista y estudioso de la vestimenta y tradiciones populares del pintor valenciano, ya que «en 1911 no se sabía qué indumentaria era exactamente la típica, él busca lo más representativo para mostrarlo al público americano», señaló Pitarch.

La muestra organizada por el museo Sorolla cuenta con la colaboración de la Fundación BancoSabadell y del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana, cuyo director, Felipe Garín, recordó que tuvo un «éxito tremendo en Madrid» y «es una satisfacción que se vea aquí», en un museo, añadió la directora del Museo Sorolla, Consuelo Luca de Tena, donde se le da lucimiento, y una acogida espectacular».

La presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, destacó el «atractivo cultural y turístico importante» que la exposición ofrece a los visitantes en esta época estival como «una oportunidad única de ver a Sorolla». El diputado de Cultura, Juan Bautista Roselló, aseguró que es una de las muestras más importantes «con el mejor Sorolla que mira a esa España profunda» Ramón Satorre, del BancoSabadell la calificó de «excelente».