Fallece Juan Sempere, cantaor de saetas de la Semana Santa de Alicante, a los 100 años de edad

El alicantino debutó con 16 años entonando al Cristo de la Buena Muerte

Era uno de los supervivientes del bombardeo sobre el Mercado Central de 1938

Juan Sempere junto a Luis Barcala, en el homenaje por el centenario de su nacimiento.

Juan Sempere junto a Luis Barcala, en el homenaje por el centenario de su nacimiento. / INFORMACIÓN

Alberto Losa

Alberto Losa

Juan Sempere Serrano, el cantaor de saetas más veterano de Alicante, falleció a los 100 años de edad el pasado 17 de marzo. Alicantino emblemático, fue trabajador del Ayuntamiento y uno de los supervivientes del bombardeo sobre el Mercado Central cuando tenía 14 años. El pasado 3 de enero, día en el que se cumplió el centenario de su nacimiento, fue homenajeado por el gobierno local.

Sempere fue conserje del Ayuntamiento, del que conoció hasta a nueve alcaldes, y su vocación artística la vivió en el Orfeón Alicante, como recoge la publicación de Felipe Sanchis en la revista oficial de la Semana Santa 2024. Empezó cantando saetas con 16 años, en 1940, al Cristo de la Buena Muerte, aunque le cantó a todos los pasos de Alicante, explica el que fuera hermano mayor de la cofradía franciscana Ecce Homo.

Su estilo era el de la saeta castellana con una voz muy afinada. Personaje muy conocido por los amantes de la Semana Santa alicantina, en 1995 la cofradía del Divino Amor y "La Marinera" le hizo un homenaje por ser "el cantaor de saetas más veterano de Alicante".

En una entrevista publicada en este medio el 12 de abril de 1995, Sempere describió la saeta como "una expresión manifiesta del dolor, que se traduce con música, pero donde el sentimiento sale desde dentro, con desgarro". Explicaba además que "siempre" deseaba que llegara Semana Santa: "Poder cantar es una forma de despojarte de toda la carga energética que arrastras durante todo el año. Más de una vez he acudido a la cita enfermo, pero no me ha importado".

Su hijo, llamado también Juan Sempere, recuerda que "siempre le ha gustado el teatro y cantar" y que "él mismo se escribía las saetas y luego las cantaba". Subraya además que era un amante no solo de la Semana Santa alicantina, sino también de la de otras ciudades como Elche o Crevillent.

Trayectoria alicantina

Entre otros reconocimientos, recibió el emblema de oro de las Hogueras, firmado por Tomás Valcárcel, en el año 1979. Su hijo apunta que siempre "estuvo muy unido a Tomás Valcárcel, ya que también fue el encargado de realizar los cobros en la Comisión Gestora, así como en la cofradía de Ecce Homo".

Era hasta su fallecimiento uno de los pocos supervivientes del bombardeo sobre el Mercado Central de Alicante que seguían con vida. En 2022, explicó a este diario que "aquello fue lo más criminal que he visto nunca" y que salió despedido por las escaleras de su casa en la calle Navas junto a su abuela de la fuerza de las explosiones. "Los aviones no tocaron sirena, entraron por tres sitios y empezaron a tirar bombas. Nos salvamos de milagro", recordaba emocionado justo antes de su 99º cumpleaños. En aquel momento, reclamó paz y diálogo para arreglar el mundo porque "no se puede vivir así".

Relata su hijo que también era amante de los toros y que llegó a salir al ruedo en alguna ocasión. Un mundo en el que, entre otras personalidades, conoció a Manzanares (padre).

Uno de sus últimos comentarios sobre su pasión por las saetas, cuenta su hijo, fue que nunca dejaría de cantarlas: "No las podré cantar en la tierra, pero se las cantaré a San Pedro en el cielo".