El Schrader director tiene una filmografía tan nutrida como el Schrader guionista, si bien esta última faceta sigue siendo la que identifica a quien se dio a conocer firmando guiones hoy clásicos como el de Yakuzao el de Taxi Driver. Tiene que ver en ello que tras las cámaras suele rendirse a los textos y entrega películas con frecuencia muy valiosas, pero donde el árbol es más menudo que sus raíces.

Aunque esta vez no firma el libreto, 'Adam resucitado' vuelve a ser una obra muy de Schrader, un retrato de locura y obsesión a partir de la figura de Adam Stein, mago, músico y showman en el Berlín previo a la II Guerra Mundial, ahora interno en un sanatorio psiquiátrico para supervivientes del Holocausto.

La narración alterna dos líneas de tiempo: la de la vida en transcurso y la de la memoria. La estancia en el asilo israelí sirve para ncender los recuerdos de Adam en un campo de muerte, donde se vio obligado a llevar al extremo su talento ilusionista, y será en el repaso de aquella experiencia donde va a descubrir las instrucciones para la sanación (muy dolorosa) del hombre que una vez vivió como un perro. Schrader hace una diferenciación muy clara y moral entre estar loco y estar enfermo. La realización es la suya, entre estridente y destemplada, pero termina por dar en una película abrupta, con dejes esotéricos y en cierto modo algo antigua, que, pese a sus imperfecciones, alcanza picos de intensidad muy apreciables.