Transita, sobre todo, por la vía del drama épico y contiene elementos propios del relato romántico, moviéndose en suma en un terreno que sigue las pautas del cine histórico y del homenaje a un país, Azerbayan, que solo pudo reconquistar su libertad en 1992, más de setenta años después de haber logrado una independencia de Rusia que apenas se prolongó dos.

El director británico Assif Kapadia ha manejado todos estos factores con profesionalidad, sin romper las barreras que delimitan este tipo de productos pero sin caer tampoco en todos los tópicos. De ahí que sin ser una película ni mucho menos redonda y abordar cuestiones con una óptica superficial ofrece, por lo menos, una cierta sensibilidad y un tratamiento correcto de los hechos. Clave, por ello, desde un punto de vista positivo ha sido basarse en el libro de Kurban Said y recurrir a un guionista de la talla de Christopher Hampton, autor entre otros de los guiones de Carrington , Mary Reilly y Expiación .

El director, que en el ámbito de la ficción ha firmado títulos interesantes de la talla 'El guerrero y El regreso' , pero cuyo gran prestigio lo ha logrado como excelente documentalista que ganó el Oscar por 'Amy' y que obtuvo los elogios de la crítica por 'Senna' , recoge en la cinta el romance de un rico heredero musulmán, Ali, vinculado a la propiedad de los pozos de petróleo del Caucaso, y Nino, una bella princesa ortodoxa interpreta- da por una sugestiva María Valverde en un cometido internacional más que correcto. Aun- que son de religiones diferentes, los padres de ambos no ponen obstáculos al compromiso. Transcurre el año 1918 y es un momento oportuno porque la primera guerra mundial ha llegado a su fin.

No contaban, sin embargo, con el estallido de la revolución rusa y la eclosión del imperio soviético, un conflicto que sumerge a Azerbayán en un terrible escenario bélico y que culmina con la ocupación del país por los bolcheviques. La nueva guerra obliga a la pareja a vivir separada y a Ali a esconderse en las montañas, a pesar de lo cual podrá ver primero a su hija y después reunirse con ella y con su mujer en condiciones precarias y, desde luego, peligrosas.