Confirma algo que es de sobra conocido por los aficionados al cine de animación y es la gran evolución que ha experimentado una especialidad convertida en una de las mayores fuentes de ingresos de Hollywood y en cuna de espléndidos largometrajes que no son específicamente o en exclusiva para pequeños.

De hecho, los estudios DreamWorks, que han producido esta película, son los que nos regalaron series tan rentables y divertidas como 'Shrek', 'Madagascar' y 'Kung Fu Panda' y, por si no fuera suficiente su director Tom McGrath fue responsable como director de las tres entregas de 'Madagascar' y de la más que amena 'Megamind', que vimos en 2010.

Las cosas, por tanto, no son fruto de una generación espontánea, sino de un trabajo bien hecho y muy profesional. En este caso con el añadido de estar basado en un libro de Marla Frazee, que enamoró al realizador cuando era niño y que ha sido objeto de adaptación a la pantalla impecable por el guionista Michael McCullers.

Un factor de peso que hay que tener presente porque ha contribuido a que la imaginación no sea solo algo espontáneo, sino basada en "experiencias reales", es que lo que cuenta 'El bebé jefazo' son las repercusiones que sufre un muchacho de siete años, Tim, cuando su hogar, en el que él había reinado de forma solemne y única, es invadido por un bebé, su hermano pequeño, que se hace dueño y señor sin la más mínima consideración.

Tan grave es la situación que Tim debe elaborar un detallado plan de ataque para impedir su total sumisión. Con el handicap terrible de que el recién llegado es sumamente astuto, cruel hasta la saciedad y no está dispuesto a pasar ni una. Se hace patente que lo que se avecina es una batalla en todos los frentes, apoyada firmemente en los deliciosos gestos y muecas de un bebé que con las tres dimensiones ofrece una expresividad imposible con el cine de dibujos tradicional.

La película es una aportación válida y divertida que podría haber sido incluso espléndida de no haber experimentado algún bache creativo que le hace perder notoriedad. De hecho sus primeros 30 minutos son soberbios y desprenden un gran sentido del humor.