Una cita inexcusable con el mejor cine que nos llega de la mano de un soberbio realizador rumano, Radu Mihaileanu, dotado de una caligrafía cinematográfica privilegiada que invita al espectador a entrar en un mundo fascinante que propone el amor y la felicidad a partir de una historia que apasiona de principio a fin y que se prolonga a lo largo de 134 minutos repletos de sugerencias y de emociones.

Es la confirmación evidente de la categoría de un cineasta que nos ha ofrecido un conjunto de películas impagables, entre ellas ´El tren de la vida´, ´Vete y vive´, ´El concierto´ y ´La fuente de las mujeres´, que lo han situado en un lugar de privilegio dentro del actual cine europeo.

Ahora, seis años después de su anterior trabajo, si alguien tenía dudas de su madurez ´La historia del amor´ las fulminará por completo. Y eso que tenía ante sí una prueba sumamente difícil y arriesgada, la adaptación de la novela de Nicole Krauss. Sobre un guión propio y con la colaboración de Marcia Romano, ha diseñado un espectáculo apasionante, encantador, emotivo y en numerosas ocasiones divertido.

Mihaileanu ha sido puesto a prueba en un ejercicio narrativo más que difícil que entraña una triple historia contada de forma fragmentada y con numerosas vueltas atrás. Una dirección compleja que pone a prueba a cualquiera y que entrañaba un elevado riesgo de fracaso. Pero sus cualidades profesionales han vuelto a funcionar a la perfección para que el relato se encauce siempre por los senderos idóneos.

Todo eso y un equipo de actores inmejorable en el que destacan el veterano Derek Jacobi, Gema Arterton y Sophie Nelisse.

La cinta comienza a primeros de siglo en Nueva York, donde el escritor e inmigrante judío polaco Leo Gursky va a vivir algunos de los acontecimientos más notables de su vida. Es un hombre ya maduro que recibe una nota de una joven, Alma, que tiene el mismo nombre que su fallecida madre. Para Leo este inesperado encuentro saca a la luz la existencia de un manuscrito que se creía perdido y que es mucho más, y ya es decir, que una gran historia de amor. Con él las piezas de este impecable puzzle dramático irán encajando hasta la perfección en un proceso asombroso.