'Looper' es una agradable sorpresa que eleva de forma notable el estatus del director y guionista Rian Johnson, que logra con su tercer largometraje resultados bastante más satisfactorios que los de su obra precedente.

Este "thriller" de ciencia-ficción se vale de un tema muy recurrente, el de los viajes en el tiempo, pero lo hace con recursos originales y, sobre todo, extrayendo del mismo aspectos ingeniosos y nada tópicos.

Presentada en el Festival de Sitges, fue una de las películas mejor acogidas por público y crítica. Se apoya en un dato fundamental, el hecho de que en el año 2072 los viajes en el tiempo sean un recurso cotidiano, aunque su utilización esté en manos casi en exclusiva de las mafias criminales que, como consecuencia de la prohibición de los crímenes, envían al pasado a asesinos de élite, los loopers, para acabar con sus enemigos y hacer desaparecer los cuerpos.

La verdadera novedad procede, tal y como se nos muestra aquí, que quien tiene que cometer ese asesinato es el yo del futuro de su propia víctima. Aunque Johnson hace en principio concesiones a la galería y alarga en exceso, para abusar de una violencia que no siempre es necesaria, la introducción de la historia, ésta cobra verdadera entidad cuando enfila el verdadero meollo de la misma. Es el momento en que Joe, un looper que suele efectuar sus encargos de ejecución de forma impecable, comprueba que se ha convertido en objetivo de sí mismo, ya que desde el futuro ha vuelto al 2042 él mismo, con treinta años más que han cambiado su físico, con la misión, pues, de autoeliminarse. Como sucede en todos los casos ha de aprovechar la primera oportunidad al respecto para evitar el consiguiente bucle. Una circunstancias que no se da y que abre paso a jugosas consideraciones.

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