Un espectáculo eminentemente visual y restringido al auditorio adolescente que se apoya en algo tan socorrido y convencional como que la unión hace la fuerza y que solo con esa mentalidad se puede vencer al enemigo más peligroso y potente.

Es algo así como una combinación o adaptación a la realidad de una pequeña localidad estadounidense actual, en concreto Angel Grove, de una serie japonesa de acción real con una estética kitsch, conocida como Super Sentai, que ha mezclado desde 1975 efectos especiales de última generación con acción cómica y valiéndose de cinco héroes armados de vivos colores que han de hacer frente a unos monstruos que han llegado a nuestro planeta, conducidos por la perversa hechicera Rita Repulsa, para apoderarse de ella.

Segundo largometraje del director sudafricano Dean Israelite, que debutó en 2015 con 'Project Almanac', ésta es una película claramente vinculada a un sector de público que difícilmente podrá interesar en otros ámbitos. De hecho, sus dos horas de metraje se convierten en una dura prueba de resistencia para quienes hayan rebasado los niveles propios de un cine juvenil saturado de ingenuidad.

Por eso lo confía casi todo a una media hora final en la que se produce la explosión visual, con un combate infestado de unos guerreros alienígenas que están empeñados, siguiendo las pautas de la perversa Rita y de un gigante diabólico construido con oro, en derrotar a los cinco héroes con superpoderes para apoderarse de Angel Grove primero y después, en un salto adelante sin límites, del resto del mundo.

Sin ingredientes realmente imaginativos o brillantes, lo que prima en la cinta es la acción y el afán de seducir al espectador con resortes tecnológicos. El comienzo, cuando vemos a los cinco Rangers ya actuando como tales; es decir las chicas Pink Ranger y Yellow Ranger y los chicos Blue Ranger, Black Ranger y Red Ranger, ofrece alguna alternativa al humor que se agradece.