Manos palma arriba y muñeca flexionada. Éste ha sido el gesto de millones de niños -y no tan niños- a lo largo de distintas generaciones. Con ese grácil movimiento muñequil, Peter Parker desplegaba todo su poder en una suerte de telaraña cuando se convertía en Spiderman.

El 10 agosto de 1962 se acaban de cumplir 50 años -el guionista norteamericano Stan Lee, padre también de X-Men, Iron Man, Daredevil, Los Cuatro Fantásticos, Hulk o Los Vengadores- y el dibujante Steve Ditko daban a luz para el Universo Marvel a uno de los superhéroes más conocidos. El número 15 de Amazing Fantasy publicó entonces la primera aventura del arácnido superhéroe.

Neoyorquino de "nacimiento", el estudiante Peter Parker es mordido por una araña radiactiva en una exhibición científica, accidente que le confiere la agilidad y fuerza proporcional a la de un arácnido, al tiempo que le hace capaz de adherirse a las paredes y techos. Pronto, el joven Parker descubre las posibilidades de sus nuevos poderes al servicio de la humanidad.

Expertos en el superhéroe, como Celestino López, catalán, profesor de Teoría del Cómic en la Universitat de València (UV), explica que "Peter Parker, un adolescente normal y corriente que tiene un accidente y consigue poderes extraordinarios; pese a lo cual, no deja de ser la misma persona, básicamente buena y amable, que era antes".

En cuanto a lo que hace especial a este hombre araña, López Catalán apunta que "frente al tipo de superhéroes que había a principios de los años 60 en EE.UU, Spiderman aporta el carácter esencialmente humano de las historias; las aventuras y las peleas son relevantes, claro, pero lo son incluso más las circunstancias personales del chaval que se pone la máscara. Es esto lo que le hace único: su personalidad, que evoluciona a lo largo de los años según el joven que se pone la máscara de Spiderman, va creciendo, como nos ha sucedido a todos cuando pasamos de la adolescencia a la madurez; es un héroe "humano", en el sentido de poseer virtudes y defectos como cualquiera, con el que se puede empatizar perfectamente, sobre todo si estás en esa edad o la acabas de abandonar. Sin dejar por ello de ser un superhéroe locuaz, divertido, colorista y saltarín, que es la parte que gusta a los niños pequeños", algo que en su opinión hace "inmortal".

Sin embargo, la idea de una araña no gustó inicialmente a los editores de Marvel. Un arácnido podría incluso levantar cierta repulsión. Afortunadamente, cedieron ante la insistencia de Stan Lee. "La araña no transmite valores. Lo hace la persona que se pone la máscara", explica López Catalán. "El lema de Spiderman es "todo gran poder conlleva una gran responsabilidad", y Peter Parker lo aplica en todos los aspectos de su vida, no solo cuando se pone la máscara del Hombre Araña. Esa conciencia de asumir la responsabilidad que te corresponde, en todas las circunstancias, es tal vez el valor que más se puede destacar del personaje. También, su alegría y buen humor natural, su positividad ante el mundo que le rodea (no siempre amable y divertido), su compromiso y entrega constante hacia sus amigos, familiares y compañeros", dice el experto.

Embutido en un ceñidísimo traje azul y rojo -formado por la tercera generación de partículas inestables, lo que le permite alterar la apariencia del mismo- las historietas de Spiderman han trascendido las viñetas: series de televisión, cine, videojuegos y hasta un musical. Ya se ha convertido en uno de los personajes más adaptados de los últimos 50 años. "Batman y Superman son más "viejos", y por ello tal vez tengan más versiones en otros medios (cine y televisión, principalmente)", señala López Catalán. Además, este experto afirma que "es difícil juzgar la ´justicia´ que le hacen al personaje las versiones del hombre araña que se han realizado desde finales de los años 60, ya que son todas muy fijadas en su tiempo. Los primeros dibujos animados eran muy "fieles" a los tebeos originales, pero su calidad hoy en día resultaría inaceptable; en los 80, por ejemplo, se hicieron varias series de animación que reflejaron muy fielmente lo que sucedía en los tebeos, y marcaron a millones de jóvenes de entonces; algunos de ellos se han dedicado con el tiempo al cómic precisamente por el impacto que tuvieron en su infancia las aventuras animadas de Spiderman. Mientras, las versiones cinematográficas que se han realizado son, al mismo tiempo, originales y respetuosas con la esencia del personaje, puesto que han sabido filtrar sus características esenciales y crear una historia nueva adaptada al público que iba a verla a las salas hace ya más de una década -en el caso de la primera película de Sam Raimi- o el que ha acudido este verano a ver "The Amazing Spiderman", de Marc Webb. Son buenas versiones del hombre araña, bien adaptadas al medio para el que han sido creadas".

Estrenos en la gran pantalla, en las tablas de Broadway o en videojuegos, Spiderman continúa, a pesar de sus 50 años recién cumplidos, tan ágil como aquel agosto de 1962 cuando por primera vez surcó los rascacielos de un "marveliano" Nueva York.