Para muchos, es el perfecto relevo de Russell Crowe, con el que comparte, a diferencia de los anteriores tipos duros de Hollywood, un prestigioso currículum. Se llama Jeremy Renner y es capaz de transmitir ese matiz emocional a menudo ausente en el hombre de acción.

A sus 41 años, este californiano de pura cepa se ha especializado en personajes rotundos y algo descontrolados a los que presta ronca voz y vigorosa mirada con un punto de locura. El legado de Bourne, que ahora presenta, supone su estreno como protagonista en el ámbito de las superproducciones taquilleras de entretenimiento.

Encarna al eje de una trama en la que se demuestra que el famoso personaje que popularizó Matt Damon no era el único superespía fabricado por un programa científico experimental, auspiciado por altas instancias secretas del gobierno de Estados Unidos. Había otros igualmente peligrosos, y Aaron Cross, su personaje, es el más eficaz de todos ellos.

Culmina así una temporada en el cine de acción que le ha servido para foguearse en el género. Ha acompañado a Tom Cruise en la última entrega de Misión: imposible y podría repetir en la que ya se está preparando, y ha participado en el acontecimiento del año, Los Vengadores, aunque su carismático Ojo de Halcón cediera el paso a los más populares Iron Man o Thor. Además, sus dos candidaturas al Oscar las debe a dos dramas bien diferentes nada faltos de ritmo precisamente.

La primera, al irrefrenable sargento de primera William James, cuyo territorio vital es zona de guerra, al que dio vida en el filme de Kathryn Bigelow En tierra hostil. La segunda, a Ben Affleck, que le dirigió en The Town, ciudad de ladrones. En ella encarnó a un violento ladrón de bancos que se siente traicionado por el jefe de la banda que es, además, su amigo de la infancia.

Renner iba para criminólogo, pero al final le tiró más el teatro, donde inició su andadura. Sobrevivió anunciando pizzas y pilas de las que duran una barbaridad, pasando después a la televisión, donde participó en diversas series. Un filme independiente, Dehmer, en el que encarnó a un peligroso psicópata caníbal, fijó sobre él el foco de Hollywood. Llegaron entonces títulos como SWAT y En tierra de hombres, junto a Colin Farrell y Charlize Theron, ahora dos de sus mejores amigos, lo que desdice la hosquedad de carácter que se le atribuye.

Como suele pisar las alfombras rojas del brazo de su mamá, sigue soltero y se le atribuyen escasos romances, la mayoría sin confirmar, se ha especulado sobre su opción sexual, aunque ya ha manifestado de modo fehaciente que no es homosexual.

Mientras se aclara cómo se llevará a cabo la continuidad del equipo de la Marvel €si mediante secuelas de las aventuras del grupo o bien largometrajes que se ocupen de cada personaje por separado€, Renner se ha embarcado en una intrigante aventura. Hansel y Gretel, cazadores de brujas narra lo que ocurrió con estos famosos personajes varios años después de los sucesos acaecidos en la legendaria casita de chocolate que tanta polvareda levantaron.