Edouard Baer encarna a Astérix, el pequeño guerrero de espíritu astuto e inteligencia viva, inseparable compañero de aventuras del grande Obélix. El actor francés debuta en la famosa saga de los galos, que vuelve a la carga a finales de noviembre con un nuevo estreno: 'Asterix y Obélix al servicio de Su Majestad'.

Hemos charlado con él sobre su personaje en la última entrega:

¿Qué imagen tenías de Astérix hasta ahora?

Cuando leí los libros por primera vez, los encontré muy divertidos, alegres y bien intencionados. Me llamaban más las historias secundarias: la del herrero y del prisionero, y me conmovía cuando se le prohibía cantar al bardo. También me interesaba Karabella, esa pequeña mujer de carácter, y Falbala me pareció muy sexy€ Hasta me gustaba Idéfix, ¡es mucho más interesante que Milou o Rantanplan! Y como todos los niños, me encanta Obélix, ese coloso de pies de barro, este gentil tonto gordo que porta menhires€ Es, cuanto menos, muy poético portar menhires. El lado boy-scout de Astérix me atraía menos. Él era sonriente pero tenía menos carácter y menos defectos que su amigo. Obélix a veces tiene morriña, es un chico grande muy enternecedor.

¿Sabías que Laurent Tirar y Grégoire Vigneron escribieron el papel de Astérix para ti?

Me enteré después, porque Laurent tuvo la elegancia de no decirme nada mientras no pudiera ofrecerme el papel. Esperó a tener un reparto lo suficientemente sólido como para poder tener la libertad de elegir un actor con menos tirón comercial para el papel de Astérix.

¿Un papel hecho a medida es un lujo o un elemento de presión para un actor?

Es muy halagador y reconfortante porque, a priori, evita tener que construir un personaje. El inconveniente es que la escritura, a veces, se hace a partir de una imagen que has podido dar en otras películas. En el cine, nunca soy yo, siempre interpreto un papel y me encanta improvisar.

¿Qué quisiste hacer con este personaje?

Como actor, mi misión es, sobre todo, seguir las directrices del director. Pero tenía en la cabeza Les copains de Jules Romains, La belle équipe de Duvivier, las películas de Carné o con Raymond Bussières; películas con tipos duros, un poco camorristas, que lo que más les gusta en el mundo es estar con sus colegas. Así era como veía a Astérix. Cuando, en el guión inicial, le dice a César: "me siento honrado por todo mi pueblo", me permití decirle a Laurent que pensaba que Astérix estaba más orgulloso de sus amigos y sus hermanos que por el hecho de que le honraran.

¿Te has metido fácilmente en la piel de Astérix?

Lo que es formidable de este tipo de personaje es el vestuario. Sólo hace falta que te veas en el espejo para ser Astérix. Pero también hace falta encontrar el ritmo. Cuando me veo en pantalla me veo desenvolverme de manera casual, casi flojo, y mi voz es amanerada. Tuve que poner más energía en este papel para que fuera más dinámico, más determinado.

¿Se tiene menos libertad para interpretar cuando se hace de un héroe célebre como éste?

Creo que un personaje histórico como De Gaulle o un hombre que tenga un valor moral como Jean Moulin deben ser más complicados de interpretar. Con Astérix, hay limitaciones, claro, pero en el plató uno se olvida porque te alegras de interpretar esas escenas, esas relaciones y esas situaciones.

Diez años después de interpretar a un personaje secundario €.. conseguir el papel principal es una especie de consagración, ¿no?

¡Totalmente! Le dije a Alain: "Ves mi pequeño Chabat, esta gente me propone más que ser un simple figurante!" (risas)

¿Encuentras alguna similitud entre el espíritu de Chabat y el de Tirard?

En ellos hay algo infantil, un poco naíf. Sus películas son más infantiles (en el buen sentido de la palabra) que las otras películas de Astérix. Y Chabat ha integrado cosas maravillosas: Obélix se sonroja cuando se enamora. En la de Tirard hay cosas por el estilo: los dos amigos riñen, se enfurruñan. Son como críos, se enfadan de verdad y también pueden tener algo de malicia el uno con el otro. En cualquier caso, Alain y Laurent están realmente en su salsa cuando adaptan un cómic, sobre todo Astérix y Obélix que son como ellos, mantienen ciertos rasgos juveniles.

¿Has visto las tres películas anteriores y te has reunido con los otros intérpretes de Astérix?

He releído los cómics pero no he visto las películas porque quería hacer algo personal. En cuanto a los actores, Christian Clavier y Clovis Cornillac, no he hablado con ellos. ¿A caso se reunió Daniel Craig con Sean Connery o Roger Moore cuando se convirtió en el nuevo James Bond?

¿Conocías a Gérard Depardieu, tu Obélix, antes de la película?

Habíamos rodado juntos ¿Cuánto me amas? de Bertrand Blier. Gérard es una de esas personas a las que me junto, no por motivos de trabajo sino por el simple placer de estar con ellos. Irrumpo en sus vidas porque ellos me permiten vivir más intensamente. Hice esto con Chabrol; continué con Poelvoorde, Bouli Lanners y otros actores, escritores, gentes con viñedos€ a los que puedo llamar un día, sin conocerles, para decirles que me encantaría conocerles. Cuando se tiene la oportunidad de ejercer un oficio donde uno puede conocer a personas que admira, sería una lástima no aprovecharse.

¿Qué tal es Depardieu de pareja?

En el trabajo, ¡no es moco de pavo! Ve todo lo que pasa en el plató y echa mano de todo. Como es impaciente, cuando alguien duda un poco en una escena, puede no tener piedad. Pero también es un compañero extraordinario y un grandísimo trabajador. Fuera de cámara, éramos un poco como Astérix y Obélix, era a la vez su hermano pequeño y su hermano mayor. Cuando estaba inquieto le distraía, le alejaba de Laurent para que pudiera trabajar. Afortunadamente, Laurent es un corredor de fondo y Depardieu tiene mucho respeto por él. Porque enseguida vio que no era la clase de director que crearía una figura falsa de autoridad, ni sería el tipo de "director" que se intenta demostrar su valía haciendo y rehaciendo escenas eternamente.

¿Rodar en 3D es limitador?

Lo es en el sentido de que la cámara 3D es una máquina enorme que necesita por sí sola un equipo de técnicos. Estas personas no están para verte sino para observar el funcionamiento de la máquina. En un rodaje no interpreto para la cámara sino para mi compañero de reparto, el hombre que es la otra mitad del equipo, además del director y los técnicos.

¿Ves más inconvenientes que ventajas en estas grandes producciones?

No, es fantástico poder usar los decorados y vestuarios suntuosos, y formar parte de un equipo inmenso y dar la réplica a actores increíbles. Pero las grandes producciones diluyen enormemente el paso del tiempo. Eso nunca es bueno para los actores, porque pierden su energía y el hilo de la historia.

¿Cuáles son tus recuerdos más destacados de tus 60 días de rodaje?

El primer día fue extraordinario. Estaba en Malta, sobre el agua, con un Depardieu en plena forma, uno de mis mejores amigos, Atmen Kelif, y el pequeño Vincent Lacoste, al que conocía un poco. La vista de estos grandes barcos nos ilusionaba y crecía nuestra excitación. Y Gérard echó una de sus risas locas, que intenta esconder pero que no puede evitar.

¿Había algún tipo de barrera entre las estrellas y los jóvenes actores?

No porque mucha gente como Guillaume Gallienne o yo veníamos del teatro y nos motiva el espíritu de equipo. Depardieu, es el actor menos asistido y el más disponible que conozco, no tiene esa actitud. En cualquier caso, no necesitaba tomar ninguna postura y no tenía nada que demostrar. Lo mismo con Deneuve, que me dijo que no había visto un ambiente así en 30 años. Desde el principio, pasábamos de nuestras caravanas, todo el mundo estaba fuera, bromeando alrededor de una mesa. Fue un ambiente realmente alegre.

¿Hubo algún momento más difícil?

Lo pasé un poco mal en Irlanda. Durante tres meses, tuvimos que aguantar mal tiempo, un viento horrible y siempre había que andar con prisas por la lluvia. Al final, había mucha gente trabajando, sobre todos los vikingos, y tres platós rodando al mismo tiempo. En fin, fue duro sobre todo para Laurent€

¿Estás contento con el resultado?

Sí. Me encanta la dimensión épica de este Astérix. La historia está cuidada, es rica en acción. Como en todas las películas de superhéroes, se vuelve apasionante cuando pierden sus poderes mágicos, en este caso la poción mágica. He descubierto escenas impresionantes con Valérie Lemercier y Charlotte Le Bon. Guillaume Gallienne me ha dejado alucinado por su manera de llevar la historia. En cuanto a Vincent Lacoste, le encuentro extraordinario.

Albert Uderzo y Anne Goscinny piensan que estás increíble en el papel de Astérix€

Eso me hace mucha ilusión. Porque dar vida a un dibujo es, inevitablemente, una traición€ Si tuviera que hacerlo de nuevo, me teñiría el pelo porque la peluca y el bigote me limitaron bastante a la hora de moverme. Además tendría que ser con el mismo director porque yo soy, antes que nada, el Astérix de Laurent Tirard