Steve Carell es uno de los cómicos mejor pagados del mundo. Conocido por filmes como 'Virgen a los 40', 'Pequeña Miss Sunshine' y 'Super agente 86', este actor de Massachusetts nacido en 1962 ha ganado un Globo de Oro por interpretar al viscoso y mediocre jefe de la serie 'The office'. Ahora acaba de estrenar una comedia familiar de largo título: 'Alexander y el día terrible, horrible, espantoso y horroroso'.

¿Qué tiene usted para que le toque casi siempre hacer de padre?

Probablemente el aspecto. Pero en esta película hago de patriarca en paro, algo muy serio y muy de nuestros días. Asumo el ser amo de casa y cuidar de mi hijo, mientras mi mujer se centra en su profesión.

¿Comedia un tanto reivindicativa?

La mejor comedia es la que tiene un pie en la realidad, y ahora mismo esto es lo que hay. Me identifico con esos hombres que aprietan los dientes cuando hay dificultades. Como padre, parece que sientes siempre la necesidad de llevar el timón; de ser una roca.

¿Y cuando la roca se resquebraja?

Llegan las crisis y aparece la autocompasión. Es muy humano.

Con la de familias que ha mostrado el cine, ¿distingue las que han sido bien interpretadas de las que no?

Llevo 20 años casado, tengo dos hijos, y lo sé perfectamente. Son códigos que tienen que ver con la veteranía. En la película, Jennifer Garner se pilla la pierna con la puerta porque va con prisas y reacciona exactamente igual que habría hecho mi mujer: aguanta en silencio el dolor, enfadada por haber cometido una estupidez.

¿Ha vivido días tan fatídicos como el que sufre la familia del filme?

Como todo el mundo. Hay días en los que las cosas no sólo no salen bien, sino que es imposible que se enderecen. Y sientes que no importas a nadie. Días para olvidar.

¿En alguno de ellos, al menos, se le escapó una sonrisa?

Antes de tener a mis hijos, mi mujer y yo fuimos a cenar con mi mejor amigo, su esposa y su hija. Tenía a la pequeña sobre mis hombros y de repente sentí algo caliente que me caía por la cabeza y la cara. No lo olvidaré. La madre se partía de risa, esa risa de alguien agotado de cuidar un bebé. Me encantó ver cómo disfrutó del momento. Fue divertido. Y muy húmedo.

¿Se enfada a menudo?

La vida nunca sale como la habías planeado, pero hay que levantar la cabeza y no perder la dignidad, el sentido de la familia y la diversión, y ese amor que te une a los que quieres. Desde el cine necesitamos enviar mensajes positivos. Que vamos a ser capaces de salir adelante pase lo que pase. Es sano y hace que nos sintamos bien. Pero también me enfado?

¿Y cómo consigue que se le pase?

Salgo a tomar una pizza por ahí.

Decía Hitchcock que lo peor era rodar con perros o con niños...

Creo que no hay para tanto. No hay nada más espantoso que un niño que intenta interpretar a un niño, eso es verdad. Con ellos hay que actuar como si no estuviesen trabajando. Los chavales del filme me compusieron una canción y me la cantaron al acabar el rodaje. Me emocionó tanto que apenas podía hablar. Ese es el tipo de cosas que me dejan noqueado.