La capacidad transgresora del cine no tiene límites. Desde sus inicios el séptimo arte nos ha mostrado la cara más oscura del ser humano, proyectando comportamientos que divierten a unos y hacen cerrar los ojos a otros. No tiene por qué ser cine de vísceras (gore), donde el exceso en ocasiones roza lo humorístico. Seamos sinceros, lo repulsivo atrae, nos causa curiosidad. ¿Cuánto tiempo podremos aguantar sin girar la vista? Prueba a ver con estos cinco filmes de culto para estómagos de acero. Advertencia: las imágenes que van a ver a continuación pueden herir la sensibilidad, avisados quedan.

'Pink Flamingos' (John Waters, 1972)

La obra maestra del rey del 'cine trash' es una oda al mal gusto. 'Pink Flamingos' tiene la escena más asquerosa jamás vista en una sala de cine. Es así porque es real como la vida misma. Divine se ganó a pulso el título de 'persona más inmunda del mundo' al comerse una caca de perro. Verlo para creerlo.

'Nekromantik' (Jörg Buttgereit, 1987)

"Uno tiene que ser muy ordenado y burgués en la vida privada para poder ser loco e inventivo en la vida creativa". Esta máxima puede ser perfectamente aplicable al alemán Jörg Buttgereit, un tipo afable y divertido que cada vez que coge una cámara es para darnos un puñetazo en el estómago. Su película más conocida es 'Nekromantik'. Un pene atravesado por un cuchillo, sexo con cadáveres putrefactos o animales degollados vivos son algunas de las lindezas servidas por Mr. Buttgereit.

'Hannibal' (Ridley Scott, 2001)

La secuela de 'El silencio de los corderos' supuso una agradable sorpresa para los amantes del cine 'disgusting'. A Ridley Scott no le tembló la mano a la hora de rodar escenas tan crudas como la de Gary Oldman devorado vivo por una manada de jabalíes rusos o Ray Liotta comiéndose un trozo de su propio cerebro previamente cocinado por el chef Hannibal (Anthony Hopkins).

'El ciempiés humano' (Tom Six, 2010)

Solo a una mente perturbada se le ocurriría la idea de unir quirúrgicamente, desde la boca al ano, a tres personas. El director holandés Tom Six dice que todo surgió de una broma, cuando charlaba con unos amigos sobre cómo castigar a un abusador de niños. Así parió 'El ciempiés humano' que dio paso a otras dos secuelas todavía más depravadas.

'Saló o los 120 días de Sodoma' (Pier Paolo Passolini, 1976)

La última película de Passolini antes de morir brutalmente asesinado es una adaptación de una obra del Marqués de Sade ambientada en la Italia fascista. Cuatro hombres poderosos secuestran a 18 jóvenes y los recluyen en un palacio para someterlos a todo tipo de torturas. 'Saló' se concibió como una trilogía, pero el fallecimiento del controvertido cineasta italiano nos dejó huérfanos de las dos partes siguientes.