El actor, director y productor de cine Antonio Banderas, flamante Premio Nacional de Cinematografía, ha señalado este sábado en San Sebastián que la situación que se vive en Cataluña con la convocatoria de un referéndum el próximo domingo uno de octubre "a veces se parece a una película de Berlanga".

"Votar, lógicamente, es uno de los grandes preceptos de la democracia, pero no es el único punto, hay otras cosas -ha dicho Banderas-, como el respeto al estado de Derecho; alguien podría plantear votaciones ridículas, como eliminar a los que no son de nuestra raza, y alguien lo llamaría democracia. Pero no".

El actor manifestó durante su discurso al recoger el Premio Nacional de Cinematografía que la palabra "nacional" que define al galardón era "la clave de que el premio suene serio, contundente e institucional".

En respuesta a los periodistas que le esperaban al término del acto, Banderas comentó que "lo de Cataluña se ha convertido en un animal extraño, difícil de observar", algo que "a veces, parece una película de Berlanga".

"He crecido en este país y creo que se hicieron las cosas muy bien en aquel momento (...). Y aquello terminó con una especie de obra de arte que es la Constitución española, que se aprobó con los votos de los españoles. Han pasado muchas cosas en el trayecto pero hay que mirarlo en positivo", ha señalado.

Y ha finiquitado el tema con una metáfora: "Esto es como los árbitros de fútbol: quién saca la tarjeta, el árbitro o el tío que ha pegado la patada".

Donación del premio

El actor donará los 30.000 euros del premio a la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (ESAEM), de la que Banderas es además padrino.

"Mi carrera podrá tener sentido cuando acabe, es decir, cuando me muera", ha enfatizado el actor, que ha precisado que "aún le quedan muchas historias que contar y muchas orejas que cortar. Espero -ha precisado Banderas- que este discurso extienda un sentimiento honesto".

Pero sus primeras palabras fueron : "Qué bonita está Donostia", para después recordar "cómo la liaron" en el Zinemaldia con la presentación de "Laberinto de pasiones", película con la que debutó en 1982 a las órdenes de Pedro Almodóvar.

Banderas ha elegido un discurso ligero, cargado de humor, que ha sacado escrito de su bolsillo. Una a una, ha desgranado las palabras que definen el galardón, deteniéndose en la del medio, "nacional", la clave de que el premio suene "serio, contundente e institucional".

"El resto de palabras quedan eclipsadas, a pesar de quienes esperan un discurso más político", ha advertido el actor, quien no obstante ha reconocido que "nacional" era la "historia del día", y a sabiendas de que "todos esperan a ver cómo se retrata Banderas", ha bromeado.

"Viví los últimos rescoldos del autoritarismo y los primeros de libertad y sí, sigo creyendo en ese proyecto común, no puedo evitar quererlo", ha dicho.

En ese sentido ha señalado que, en su opinión, "uno de los retos de nuestro país es su maravillosa imperfección, y también su maravillosa capacidad de sobreponerse".

"Considero, valoro y aprecio la nomenclatura que define a este premio como 'nacional'", ha zanjado.

También se refirió al término "cinematografía", lo que a él "le toca el corazón y a otros toca otras partes menos nobles".

"No me gusta lo de hablar de mi carrera, yo he hecho de todo, en todos los géneros, porque creo que esa es la misión de un actor, y lo hecho a través de la mirada de directores distintos. El cine -ha dicho- tiene un alma propia, rebelde, que puede ser usada por todos aquellos que tengan algo que decir".

Dejó el humor para explicar que los mejores premios son "los inesperados": cómo el cielo gris de Londres se volvió tan luminoso como el de Málaga cuando le dijeron que sería el premiado, hasta se le quitó el dolor de espalda.

"Los premios son un gran estímulo, intelectual y físico, así que gracias".

El director Carlos Saura, que habló de su amigo con muchísimo afecto, ha asegurado que "se va a hacer" la deseada película en la que Banderas será Picasso; un proyecto largamente acariciado que, por fin, ve la luz.