Elena Anaya ha terminado la temporada de los reconocimientos de la mejor manera posible: es la chica del año del cine español. Desde el Goya a la mejor actriz hasta el Fotogramas de Plata en la misma categoría, su trabajo en 'La piel que habito', de Pedro Almodóvar, ha sido un constante alborozo para la actriz palentina. Ella considera que este papel ha sido para ella una oportunidad de inmejorable resultado: "Ha sido increíble. El personaje me ha dejado una gran enseñanza. He hecho un recorrido, un camino muy bonito con este Vicente/Vera Cruz. Creo que me ha convertido en una persona de alguna manera más fuerte y más resistente". En el filme almodovariano, la compleja historia que se cuenta está vinculada a la alteración de los roles sexuales, en este caso forzada. Sobre el cambio que experimenta su personaje, Anaya piensa que la cirugía y el bisturí se encargan de lo exterior, "pero el alma es inmutable, imposible de cambiar, de arrancar".

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La actriz, de 36 años, muestra un aspecto juvenil, buen humor y una hermosa mirada bicolor, con matices azules en un ojo y verdes en el otro, como el camarada David Bowie. Desde que saltó a la fama con su primer filme, 'África', de Alfonso Ungría, su carrera ha sido de constante notoriedad. La muy reconocida 'Familia', de Fernando León de Aranoa, supuso su expulsión de la Escuela de Arte Dramático, por inasistencia, pero la catapultó como nueva actriz de poderoso talento y personalidad. 'A mi madre le gustan las mujeres', 'Alatriste', 'Miguel & William' y su colaboración con Julio Medem resaltan en la trayectoria de esta exquisita aficionada a la cocina y la buena conversación.

En el 2004 se abrió su arco internacional con filmes como 'La habitación azul'; la hollywodiense Van Helsing de Stephen Sommers, donde encarnó a la novia de 'Drácula', junto a Hugh Jackman; 'Frágiles', con Calista Flockhart, y Dead Fish, al lado de Gary Oldman, Robert Carlyle y Terence Stamp. Fue considerada una de las mejores estrellas del cine europeo por la European Film Promotion. Un título revalidado con filmes posteriores como 'In the Land of the Woman', con Meg Ryan y Olympia Dukakis, o Savage Grace, junto a Julianne Moore.

En esa línea internacional, su último estreno ha sido 'Cuenta atrás', thriller francés de Fred Cavayé, con Gilles Lellouche, donde da vida a Nadia, la feliz y embarazada esposa de Samuel, un enfermero que sólo vive para ella y el futuro hijo. Una aventura de ritmo endiablado, calificada como thriller de referencia por la revista Paris Match. Lo complicado fue dar verosimilitud a una gestación avanzada y falsa: "Tenía a mi mejor amiga embarazadísima en aquel momento y no le quité ojo. De hecho, hubo gente que no sabía que yo formaba parte del equipo artístico y llamaban al team de dirección diciendo: ´Oye, la chica esa se está poniendo de parto´ (risas)". Anaya reconoce haber sentido en alguna ocasión el reloj biológico con respecto a la maternidad. "

Dar vida a otro ser me parece una de las experiencias más bonitas, irrepetibles y mágicas del mundo. Es algo que forma parte de mis ilusiones, aunque a veces es más factible y otras menos".

Anaya se toma su tiempo a la hora de plantearse nuevos proyectos. Tendrá que reponerse de las emociones de ese Goya recibido el pasado febrero, de manos de Jorge Sanz; del Fotogramas de Plata, que le entregaron los tres actores de Primos, con Raúl Arévalo a la cabeza, y del premio Málaga Sur, que recibirá en el festival malacitano, por "su extensa y exitosa trayectoria profesional".

2011 En 'La piel que habito', al lado de Banderas y dirigida por Almodóvar, es secuestrada, por venganza. Con inteligencia, compuso un personaje sobrio y emotivo sometido a un caleidoscopio de horrores.

2012 En el thriller de Fred Cavayé 'Cuenta atrás', interpreta a la esposa de un enfermero, también secuestrada, esta vez para obligar a su marido a colaborar estrechamente con organizaciones encubiertas y peligrosas.

2010 En 'Habitación en Roma', la actriz recupera su colaboración con Julio Medem, con quien había rodado Lucía y el sexo (2000). Junto a la rusa Natasha Yarovenko, vive una tórrida noche que deja marcadas a ambas y que provocó disparidad de críticas.