Pocos alimentos alcanzan el grado de universalidad del queso, presente en los cinco continentes y una de las elaboraciones más antiguas que consiguió el hombre, en lo que supera al vino e incluso al propio pan.

Para los amantes de este exquisito alimento presentamos tres espectaculares recetas.

Budín de queso de cabrales

Así se prepara:

En un cuenco se pone en remojo la miga de pan con la leche durante unos minutos. Después, el queso cabrales, troceado, el queso cremoso, la miga de pan un poco escurrida, la nata y una cucharadita de especias se pasan por la batidora eléctrica. Cuando esté bien mezclado, se agregan las yemas de los huevos y se vuelve a batir. Las claras se suben a punto de nieve, se espolvorean con un poco de perejil picado y se incorporan al preparado anterior.

A continuación, se unta un molde con mantequilla y se vierte dentro la crema de queso. Por último, se introduce en el horno al baño María durante una hora o hasta que el mousse esté cuajado. Cuando esté en su punto, se deja enfriar un poco y se desmolda.

Ingredientes:

250 g de queso cabrales, 4 huevos, 75 g de queso cremoso, 1 vaso de nata, 50 g de miga de pan, 1 vaso de leche, especias al gusto, perejil, mantequilla.

Brioches de queso

Así se prepara:

La mantequilla se derrite junto con la leche en un cazo al fuego. Mientras, se calienta el horno a 180ºC. Se baten los huevos, se agregan a la leche con la mantequilla derretida, se bate todo bien y se añade el queso rallado, la harina y la levadura. Esta masa se trabaja unos minutos en el recipiente con una cuchara de madera y, a continuación, se coloca sobre una mesa espolvoreada con harina y se va cortando en trozos del tamaño de un huevo. Se les da forma un poco alargada, se colocan sobre una bandeja de horno engrasa-da con mantequilla y se hornean a temperatura media durante unos 40 minutos. Cuando estén dorados, se retiran del horno y ya están listos para servir.

Así se prepara:

2 huevos, 6 cucharadas soperas de leche, 150 g de harina, 80 g de mantequilla, 100 g de queso Gruyère rallado, 1 sobre de levadura, sal, pimienta.

Tarta salada de Roquefort

Así se prepara:

La harina se coloca sobre la mesa formando un volcán y en el centro se pone un huevo, la mantequilla troceada, media cucharadita de sal y tres cucharadas de agua; se amasa todo con cuidado hasta que no queden grumos y se forma una bola, que se deja reposar en la nevera durante una hora.

Transcurrido este tiempo, se extiende la masa sobre una superficie enharinada con el rollo de cocina y con ella se forra un molde redondo engrasado con mantequilla. En un cuenco se mezcla el queso fresco, el Roquefort, 25 gramos de mantequilla ablandada, los huevos batidos, la nata, una ramita de perejil picada muy fina, y sal y pimienta al gusto; se remueve bien hasta conseguir una pasta homogénea, que se vierte en el molde y se cuece en el horno precalentado a temperatura moderada durante 30 minutos. Cuando esté en su punto, se retira la tarta del horno, se desmolda y se sirve caliente.

Ingredientes para 4 personas:

200 g de harina, 150 g de mantequilla, 125 g de queso Roquefort, 4 huevos, 125 g de queso fresco, 1/2 vaso de nata, 1 cebolla, mantequilla, pimienta, perejil, sal.