Una vez preparado el hojaldre del modo que se indica en la receta correspondiente o adquirido fresco en una confitería, debe reposar en el frigorífico durante un mínimo de tres horas. Aparte, según costumbre o siguiendo la fórmula explicada, se elabora una crema pastelera con huevos, harina, leche, mantequilla y azúcar. La masa de hojaldre, ya reposada, se divide en tres partes.

Cada una de ellas, dispuesta sobre una superficie lisa y enharinada, se extiende con el rodillo procurando que resulte un poco gruesa (sin exceso). Después se coloca en una placa de horno rectangular y se cuece a temperatura fuerte hasta que esté bien hecha pero no quemada. Se desmolda una vez templada y se deja enfriar sobre una rejilla. En una bandeja rectangular lisa se dispone una de las placas de hojaldre y se cubre con una capa de crema pastelera. Sobre ella se coloca otra capa de hojaldre y nueva cubrición con crema.

Finalmente se cierra con la tercera placa de hojaldre, que se espolvorea con abundante azúcar glas y que, si se quiere, puede adornarse con finas tiras de requemado. Un cuchillo largo y afilado ayudará a igualar los bordes de la tarta. Finalmente se presenta la tarta en una fuente decorada o, si se desea, se corta en porciones que se sirven emplatadas en raciones individuales.

Ingredientes para 8 personas:

1 kg de masa de hojaldre, crema pastelera, azúcar glas.