Cuatro primeros espadas de la cocina que se elabora en Elche contribuyeron ayer a que cientos de escolares comprendieran y asimilaran la importancia de una buena alimentación, así como a diferenciar los distintos gustos y a valorar los diferentes alimentos.

Los chefs Susi Díaz (La Finca), Ana Santoyo (Misteri d'Anna), Odón Martínez (El Granaíno) y José Antonio Galera (El Antojito) dejaron por unas horas su escenario natural, la cocina, y se trasladaron hasta un espacio poco habitual para hablar de gastronomía: el pabellón deportivo Esperanza Lag, donde les esperaban aproximadamente 500 niños, clientes muy exigentes a la hora de sentarse a la mesa.

Los pequeños, ataviados con el típico gorro de cocinero, asistieron durante prácticamente dos horas a las explicaciones de los distintos expertos que, de forma divertida, trataban de aclarar conceptos sencillos, como, por ejemplo, que no hay alimentos ni buenos ni malos, o que no hay que ingerir siempre lo mismo, ni abusar de lo que más agrada.

Para hacer más llevadera la jornada, que se concentró entre las 10 y las 12 horas, en una sección de la pista deportiva cubierta, los improvisados docentes gastronómicos introdujeron proyecciones visuales y también pudieron contar con animación musical. El objetivo es que, al reunir a tantos pequeños, éstos no se distrajeran y, al menos, se llevaran algunas ideas claras a casa al término de la experiencia gustativa, pero también olfativa y sonora.

Además de los conocimientos teóricos, los pequeños, todos de 5 de Primaria, recibieron una bolsa con agua, aceite y una serie de tarrinas, donde desde los restaurantes que impulsaron esta iniciativa, les habían preparado pequeñas creaciones basadas en los cinco gustos básicos: ácido, amargo, dulce, salado y umami. Los alumnos fueron probando las degustaciones una tras otra en función de las indicaciones de los cocineros.

El concejal de Educación, Daniel McEvoy, también estuvo presente en el acto y recordó que las empresas que prestan servicio de comedor a los colegios de Elche cuentan con un equipo de nutricionistas para ofrecer una dieta equilibrada a todos los comensales. El edil mostró también su deseo de que esta experiencia se pueda repetir el próximo año, en el mismo lugar y tal vez con mayor número de asistentes.

Aprender y divertirse

Los centros que participaron fueron el colegio Miguel de Cervantes, El Palmeral, Salesianos, Candalix, Francesc Cantó, Mediterrani y San Antonio, de la pedanía de La Hoya. Sus alumnos se involucraron, se divirtieron y conocieron mejor algunos ingredientes y productos del campo.

Cada jefe de cocina se fue turnando y ejerció de maestro de ceremonias para introducir, de manera comprensible y divertida, algunos aspectos de la alimentación. Eso no evitó que tuvieran que incentivar de cuando en cuando a los pequeños para que no se distrajeran.

En definitiva, el mensaje principal que los cuatro lanzaron fue que había que variar la alimentación porque, de este modo, se pueden encontrar más cosas que sean agradables y saludables para el cuerpo. Además, en resumen, se subrayó que la comida ha de ser nutritiva y agradable porque de este modo se estimula el apetito, lo cual hace sentirnos bien.

Esta iniciativa, impulsada por Euro-Toques, una asociación internacional de cocineros de Europa, se lleva a cabo desde hace años en distintos colegios de Elche. La diferencia, no obstante, ha estado en que hasta ahora, cada cocinero acudía a un colegio concreto para dar esta peculiar clase. Ayer, en cambio, se optó por reunir a los alumnos y a los expertos de la cocina en un mismo espacio y con una puesta en escena más vistosa y festiva.

La actividad de ayer se llevó a cabo expresamente para hacerla coincidir con el Día del Gusto y del Producto, que se celebra simultáneamente en otros países que también llevan a cabo iniciativas parecidas con escolares.