Tanto la algarabía de los juglares como el olor a carne a la brasa ejercieron como reclamo en la céntrica Plaza de Constitución, ya que el componente gastronómico también será un atractivo para comprar en el mercado, que pone a la venta miel, quesos, dulces e incontables manjares, así como la posibilidad de almorzar, comer y cenar. También se pueden adquirir desde vestidos a velas, pasando por pieles o cerámica.

Los pregoneros realizaron perfectamente caracterizados un animado pasacalles que se irá repitiendo y que por momentos en su debut inaugural exhibió un fresco descaro que se agradecía, buscando la interacción con el público. Esta motivación no era baladí, ya que la fórmula contractual exime de riesgo al Ayuntamiento. Son los propios mercaderes los que sufragan la inversión, que alcanza una cifra de entre 18.000 y 19.000 euros, de manera que les interesa, y mucho, generar un dinamismo que amortice la inversión. Otra de las posibilidades es contemplar la considerada mayor exposición de cetrería itinerante de Europa, con un águila real de imponentes dimensiones, búhos y otros ejemplares, que volarán periódicamente. De hecho, la organización aseguraba que "en toda la Comunidad esta muestra solo se puede encontrar en el Oceanogràfic y aquí". Hoy el mercado abre de 10 a 14.30 y de 17 a 23 con actividades en la Plaza de la Constitución y en un tramo de la calle Caballero de Rodas. Están instalados 100 puestos y la actividad será frenética, ya que cada 20 minutos habrá una propuesta: talleres de esgrima, la inquietante Ronda del Caballero de la Muerte, torneos, talleres de tiro y un sinfín de anacronías de sabor medieval, que también se volverán a vivir hasta el domingo a las 21horas. Lo cierto es que el habitual ambiente populoso que se suele vivir, en la otra punta de Torrevieja, con el mercadillo de los viernes, se reprodujo ayer frente al Ayuntamiento e incluso algunos asistentes agradecían que no fuera de dimensiones tan abrumadoras como el de Orihuela.