España está considerado el segundo país del mundo con más espacios declarados Reserva de la Biosfera por la UNESCO, siendo entornos naturales llenos de diversidad. Montañas, lagos, bosques, acantilados, valles... son las maravillas paisajísticas que tenemos a nuestro alcance. La necesidad de conservación de la naturaleza es la razón por la cual estos espacios naturales se mantienen intactos, representando áreas poco transformadas por la explotación humana. La mayor riqueza de estas superficies es la belleza de sus paisajes, el simbolismo de sus ecosistemas, la singularidad de su fauna y flora y sus características geomorfológicas.

Estos son los cinco mejores tesoros para disfrutar de unas vacaciones al aire libre llenas de tranquilidad, unos ambientes naturales caracterizados por su gran variedad y riqueza ecológica.

1. Parque Nacional Sierra Nevada (Granada y Almería)

La UNESCO lo declaró en el año 1986 Reserva de la Biosfera y en 1999 fue declarado Parque Nacional por su gran relevancia botánica y paisajística. Es el macizo montañoso de mayor altitud de toda Europa Occidental por detrás de Los Alpes. A 9.180 pies, se caracteriza por sus empinadas cimas, sus praderas y sus ríos. Más de 2.000 especies vegetales viven en el parque en el que la cabra montés es una de las especies animales más caracteristicas del parque, habitual en las altas cumbres.

2. Parque Nacional Picos de Europa (Castilla y León, Asturias y Cantabria)

Representa la mayor formación de caliza de la Europa Atlántica, caracterizándose por sus simas que llegan más allá de los 1.000 metros. Tiene una superficie total de 64.660 hectáreas con una cota más alta situada en los 2.648 metros sobre el nivel del mar. Gran diversidad de fauna albergan las zonas de bosque y el territorio a lo largo de los ríos del área. Una de las mayores riquezas de los Picos de Europa son los mamíferos que lo habitan, contabilizándose aproximadamente unos 2.500 ejemplares, entre ellos 100 especies de aves.

3. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Aragón y Huesca)

El Parque de Ordesa y Monte Perdido es el de mayor elevación y de él descienden magníficas crestas montañosas y valles glaciares. Es una formación caliza y la altitud de su pico más alto, es de 3348 metros. Se compone de varios valles: Valle de Pineta, Gargantas de Escuaín y Valle o Cañón de Añisclo, ocupando en la actualidad una extensión de 15.608 hectáreas. Cada uno de los cuatro es diferente y tiene su propias peculiaridades.

4. Parque Nacional Teide (Tenerife)

Llamado también el `monte de la nieve´, es el mayor y más antiguo de los Parques Nacionales del territorio de Canarias, destacando en su interior el Pico del Teide.

El clima es muy seco y su vegetación está adaptada a los grandes cambios de temperatura. Su gran valor radica también en sus abundantes restos arqueológicos, siendo en otros tiempos lugar de pastoreo en verano de los guanches.

5. Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres)

Situado en el centro de la provincia de Cáceres, en la confluencia de los ríos Tajo Tiétar, es el hogar de la mayor población de buitre negro existente y el monte mediterráneo por excelencia. Con 18.392 hectáreas es singular por su gran riqueza faunística en peligro de extinción de la que se puede disfrutar, al igual que de sus incomparables paísajes y vegetación. El águila imperial, la cigüeña negra y el buitre leonado son algunas de las aves que se pueden ver en Monfragüe.