¿Es posible ver Roma en tres días? Priorizando algunas cosas sobre otras sí, pero siempre querrás volver. Nosotros salimos de Alicante un viernes y llegamos sobre las cuatro de la tarde a Roma, comimos y empezamos a caminar. Los tres días los pasamos caminando, sin duda, es la mejor forma de descubrir todos los secretos, y teniendo el hotel en los alrededores de la Plaza Navona, prácticamente en 20 minutos estábamos en cualquiera de los puntos más emblemáticos de Roma.

La tarde del viernes, mientras íbamos callejeando, llegamos al Panteón, con una arquitectura impresionante por fuera y sobre todo por dentro, es mi lugar favorito de Roma y más si lo contemplo mientras un italiano canta ópera a «capella» en la plaza. Tras varias iglesias y pasear por unas cuantas plazas más, apareció ante nosotros la Fontana Di Trevi iluminada, una fuente mágica que da paz en medio de tanto bullicio. Hay que tener cuidado con los «fotógrafos» que se empeñan en hacerte fotos con tu móvil para que luego ellos te hagan una con una polaroid por la que luego te piden algunos euros.

El sábado tocaba el Coliseo Romano, ya de camino, iban apareciendo diferentes estructuras arquitectónicas donde contemplar la esencia de la antigua Roma, la de libros y películas. Antes de llegar es imposible no pararse en la Plaza de San Marcos y la Plaza de Venecia desde la que se ve el monumento a Víctor Manuel III. Cerca está el Foro Romano y El Palatino, y se puede acceder con la misma entrada para El Coliseo. Sigo pensando que un día es poco para contemplar todo esto, y más si el día es soleado y se está a gusto paseando, pero merece la pena. Por la tarde, disfrutamos de la Plaza de España y llegamos hasta la Plaza del Popolo.

Para el último día dejamos El Vaticano. No tuvimos la oportunidad de ver los Museos Vaticanos, por falta de tiempo, pero sí de subir los 551 escalones a la Cúpula de San Pedro. Absténgase las personas claustrofóbicas y con problemas cardíacos, pero sin duda, merece la pena recuperar el aliento con las vistas desde la cúpula. Lo bueno de la subida es que, posteriormente bajas directamente al interior del Vaticano, donde puedes pasar horas contemplando la riqueza que guarda en su interior. Por la tarde, nos dio tiempo a llegar a la Bocca della Verità y pasear por el precioso barrio de Trastévere.

La última noche, disfrutamos de nuevo de un paseo por la Plaza Navona, porque si puedes vivir algo dos veces, mejor es el recuerdo. No se me olvida hablar de la gastronomía italiana, «Mamma mía!» tres días comiendo pasta, pero lo bueno es que como tienen tanta variedad no hay porqué repetir ningún plato, y todo está buenísimo. Y de postre, es obvio, un buen «gelato»!.

Rincones únicos

  • Plaza Navona, una de las más famosas de Roma, tiene esculturas, fuentes y edificios precioso. Es un centro de la vida social, cultural y turística de la ciudad.
  • El Panteón es el monumento mejor conservado de Roma. Su interior está bien iluminado gracias a la cúpula que no está acristalada, dejando entrar la luz de manera natural.
  • La Fontana Di Trevi, sin duda, una de las fuentes más bonitas del mundo. Cuentan que si lanzas una moneda a la fuente, de espaldas y con el brazo izquierdo, volverás a Roma.
  • El Coliseo, El Palatino y el Foro Romano, tres por uno, o así es la entrada para contemplar estas arquitecturas romanas por dentro y fuera.