Poco a poco, un modesto programa como Desafía tu mente se está haciendo el fuerte en eso que se llama programa de acceso al programa estelar de la noche. Es decir, igual que El intermedio es el telonero del cine en La Sexta, El hormiguero de Velvet en Antena 3, o First dates de CSI en Cuatro.

Pues bien, Desafía tu mente es el programa que va antes del plato fuerte de la noche en La 1, sea serie, película, o reportaje. Y lo presenta, y de qué manera, Antonio Lobato, el de los coches, o las motos, no recuerdo bien. Me gusta, me gusta cómo lo hace. No es un presentador estrella, no viste de forma llamativa, no se mueve en pantalla con gestos extravagantes ni ostentosos, y desde luego, no pone caras para subrayar lo que toque en ese momento.

No quiero pensar lo que haría con Desafía tu mente un presentador como Íker Jiménez, el de los cuentos misteriosos. En Desafía tu mente no hay cuentos chinos. Es un juego en el que nuestro cerebro se pone a prueba con pruebas que lo descolocarán, que sacarán lo peor o mejor de él, lo vago que es, lo miedoso, o lo listo en determinadas situaciones.

Desafía tu mente es un divertimento, un excelente programa para la televisión pública. No es extraño que vaya subiendo la audiencia a diario. A ver, decían el otro día, piensa en un color y en una herramienta. Se lo decían a la gente en la calle y se lo decían al espectador en casa. Yo pensé en el color rojo y en un martillo. La madre que los parió. Antonio Lobato nos lo advirtió. Estoy seguro, dijo, que han pensado en esto. Y mostró una cartulina con un martillo de color rojo. Salió el cerebro vago, el que no se molesta mucho en rebuscar colores ni tipos de herramientas. Rojo y martillo. Vean el programa. Diviértanse.