No lo conocía, no conozco la trayectoria de Antonio Hernández, presentador del nuevo programa que LaSexta estrenó el martes, Constructor a la fuga. Pero encaja muy bien en su papel -20 años en el mundo de la construcción-, el de entenderá la gente que fue estafada por constructores sin alma que se fugaron sin acabar las obras olas entregaron hechas una ruina inhabitable, como pasó el día del estreno.

Este es el planteamiento del que arranca Constructores a la fuga. ¿Qué pinta la tele aquí? Pues ya que la justicia o no existe o es lenta, la tele viene en ayuda de las familias acabando lo que el constructor no acabó. ¿Se imagina que a usted le pasara algo así y de repente llegara un equipo de albañiles, le terminaran su casa y se acabara la pesadilla? El programa refleja muy bien no sólo la situación de esas familias sino el origen que la produjo.

El programa tiene un punto de vista novedoso ya que trata de darle voz al empresario para que explique por qué abandonó a su suerte a los compradores. Hay canallas que sólo querían lucrarse, y en cuanto vieron que el negocio hacía aguas saltaron como ratas del andamio, pero hay otros, como apunta Antonio Hernández, que se vieron abocados a hacer cosas que no querían y que se avergüenzan de sus actos y que también lo están pasando mal.

No es una justificación, ni mucho menos, es la constatación de otra cara de la misma moneda. La primera entrega tuvo un ritmo muy ágil, intenso, convirtiendo la búsqueda del constructor que estafó a Zuria y Jorge, de Armentia, Vitoria, en un auténtico reportaje de investigación policial. La audiencia recompensó a la cadena con un magnífico 13% de cuota de pantalla.