Pasó la semana pasada, pero no importa, por desgracia sigue de actualidad ese tipo de noticias que los medios atienden, unos con actitudes de carroñero, refocilándose en los detalles para arañar unas décimas en el escalafón que mide la audiencia, y otros con el deber de informar encogido para separar el trigo de la paja. Hablo de la violación por un grupo de jóvenes canallas a una chica en los sanfermines del pasado año. Conocerán, supongo, la historia cuyo juicio se celebra estos días.

Como siempre, el asunto es muy delicado por aquello de los juicios paralelos y la presunción de inocencia, que no puede olvidarse en ningún caso. Pero tampoco enfangar a la chica bañándola de sospechas. La semana pasada vimos en 'El intermedio' a Sandra Sabater ocupando el pico de la mesa, lugar reservado a Wyoming para las reflexiones importantes. La de Sandra la fue en su defensa de la víctima. Al contrario, Nacho Abad, colaborador de sucesos en 'Espejo público', dejó caer veneno con una pregunta en internet, "¿Violación o sexo consentido?". Tuvo que retirarla al ver lo que se le vino encima.

La pía cadena de los obispos, esa que pagamos todos aunque no creamos en la multinacional que los ampara, fue más lejos. 13tv, ahora Trece, en su programa 'Detrás de la verdad' jugó a emitir sí, o a emitir no, imágenes de esa violación, convertida para estos insurrectos en cebo, en morbo, en mero espectáculo - los jefes han cancelado el programa-. Por si fuera poco, en el tratamiento informativo se sembró la duda sobre la chica ya que, al poder estar bebida, pudo habérselo buscado. A otros tipos, tertulianos que dan asco, es mejor ni mencionar. De nuevo, todo muy sucio.