El lunes, en directo desde el Congreso para 'Espejo público', la portavoz del PSOE, Margarita Robles, y del PP, Rafael Hernando, hablaron con Susanna Griso sobre el debate de este jueves sobre la eliminación de la prisión permanente revisable. Fue el día en que se halló el cadáver del niño Gabriel Cruz en el coche de Ana Julia Quezada, pareja del padre, con razonables evidencias de ser ella quien le quitó la vida (hablamos del lunes).

A Rafael Hernando, que se caracteriza por un cinismo supremo y por considerar al votante medio gilipollas, se le preguntó por sus sentimientos, y por cómo estaba viviendo la pérdida de una criatura que al final se ha convertido en cosa de todos. Con su desparpajo habitual, además de recordar que es diputado por Almería, "y tengo la obligación de estar con la familia", habló de Ana Julia como asesina.

A uno le salen sapos por la boca al pensar en esta mujer, incluso entiende que Patricia Ramírez, la madre de Gabriel, o Ángel Cruz, el padre, echen pestes, pidan la horca, que quemen a ese monstruo en la plaza del pueblo. Pero hete aquí que Patricia, dulce, serena, agradecida, sensata, una mujer que provoca sentimientos de bondad inmediata, pide "que no se extienda la rabia, que no se hable de esta mujer más, y que queden las buenas personas".

Toda una lección para quienes ante las cámaras, en las redes sociales y en las calles, exhiben una furia y un dolor que supera al de los padres. El "asesina" de Hernando (antes de que confesara su crimen, e incluso habiéndolo hecho) va por ahí. Griso le dijo que hasta que el juez no dictamine, Ana Julia es presunta. Toda una lección.