Parece que Gloria Serra ha encontrado su sitio en la televisión privada con "Equipo de Investigación" (La Sexta), un programa que va "más allá" de los informativos y en el que sólo se plantean las preguntas que se hace la sociedad porque no son ellos "quienes condenan ni quienes juzgan".

A punto de cumplir cuatro temporadas al frente del espacio que cada viernes por la noche logra despertar "un espíritu crítico" en el espectador, la periodista recuerda que el comienzo no fue fácil y que estuvieron "ocho meses dando vueltas" y pidiendo "segundas y terceras oportunidades" hasta que encontraron su sitio en la parrilla.

En una entrevista con EFE, Serra (Barcelona, 1964) defiende el uso de la cámara oculta siempre que avale los datos que se han recabado durante la investigación, y considera que la fórmula de "reportero intrépido atrevido" no es la mejor forma de obtener información.

PREGUNTA: ¿Qué balance hace de los casi cuatro años de programa? ¿Les costó encontrar su lugar y su público?RESPUESTA:

Costó, entre otros muchos motivos, porque los programas informativos son de crecimiento muy lento, y es normal porque no tienen contenidos muy aparatosos o un espectáculo muy vibrante. La casa hizo una apuesta muy decidida por este programa, se le mimó, se fue dando vueltas por la parrilla hasta que encontró su lugar y eso le ha ayudado enormemente a consolidarlo, aparte de nuestro trabajo. La acogida ha sido abrumadora, siempre piensas que este tipo de programa tiene que tener su espacio, pero no pensábamos que consiguiéramos una fidelidad tan grande, un espíritu tan crítico en el espectador. También hemos conectado en un momento en el que la gente andaba muy necesitada y con más demanda de saber cosas.

P: ¿Es un formato que se muestra rígido frente a la actualidad o se puede adaptar? Es decir, si hay un 'bombazo' mediático, ¿se aparca un reportaje para sacar otro cuánto antes?R

: Nuestros reportajes llevan tiempo, aunque hay algunos que se desarrollan con velocidad. Decidimos qué temas emitimos en función de la actualidad, pero en alguna ocasión, sí ha ocurrido que con 48 horas hemos hecho un esprín con un tema que ha explotado y no teníamos más remedio que hacerlo.

P: ¿Existen límites en su programa o alguna vez se ha encontrado con que explícitamente le han negado una línea de investigación o tema por el personaje en cuestión?R:

No. Sí ha habido casos en los que la Policía nos ha pedido que no sacáramos un tema o que esperáramos un poco, pero se han dado cuenta de que tratamos la información con respeto y responsabilidad. Más que un tema parado por el personaje puede haber sido porque ha fallado nuestra línea de investigación. Y como nuestro objetivo es contar algo que no hayan contado nuestros compañeros de informativos, pues lo dejamos. Pero más que abandonar temas, se quedan en un cajón y luego se retoman.

P: En "Equipo de Investigación" se recurre en ocasiones al uso de cámara oculta. Usted era contraria cuando apareció este sistema en televisión ¿Qué le ha hecho cambiar de opinión?R:

Precisamente, el uso. Al final el instrumento no tiene la culpa: una cámara oculta es una cámara oculta y depende del uso que le das. Nosotros la hemos usado siempre muy cuidadosamente y, además, antes de emplearla hubo un gran debate interno periodístico en la casa, incluido el departamento jurídico. No vale usarla para hacer que la gente caiga en trampas (...) Nosotros la usamos cuando vemos a alguien que miente flagrantemente y de forma verdaderamente escandalosa (...) En ese caso, creo que avala la investigación y los datos que has conseguido recabar, nada más.

P: Lo que vemos por televisión es la versión editada del programa, pero en algunos reportajes los periodistas habrán pasado por situaciones peligrosas...R

: No ha habido situaciones de riesgo vital, ha habido situaciones de tensión porque manejamos gente complicada, pero sinceramente, para el tipo de programa que hacemos y el tipo de gente con la que trabajamos, ha habido muy pocas situaciones complicadas.

No somos locos, somos gente prudente y además vamos con la carta del periodista por delante. Esa carta no es ir con una alcachofa en la mano y meterla al primero que pillas, una fórmula -la de reportero intrépido agresivo- de la que hoy en día se abusa mucho y que me parece que no es la mejor forma de obtener información. La mejor manera es acercarte tranquilamente y decir que vienes a hablar.

P: Usted trabajó en "La Noria" (Telecinco), un programa que tras la entrevista a la madre del 'Cuco' supuso un punto de inflexión en la televisión en cuanto a pagar por conseguir ciertas entrevistas ¿Qué le parece que a determinados entrevistados se les consiga únicamente pasando por caja? ¿Lo considera ético?R:

En estos momentos ni un solo periodista le va a defender que se tenga que pagar. El sistema ha llegado ahí. Los directores de "La Noria" en su momento, pero cualquier otro compañero o responsable con los que yo he trabajado hasta ahora, odian ese sistema, al que se llegó debido a una guerra de audiencias en los noventa y que ha pervertido esa relación entre el periodista y las informaciones. Me da igual si son del corazón o de otro perfil, para mi el periodismo es periodismo y tanto si es de corazón como de decoración, tiene que ser ético en todos los puntos.

Por otra parte, en el caso del pago, a mi me indigna profundamente cuando es un delincuente porque parece que le estás dando patente de corso (...). Sin embargo, como periodista, claro que entrevistaría a (Miguel) Ricart, como a Osama Bin Laden o al dirigente de ETA "Txeroki". Lo haría mañana, hoy, ahora, pero yo no soy juez ni soy jurado, yo solo tengo que hacer las preguntas que se plantea la sociedad y que van más allá de una investigación judicial o de una condena. Yo no soy quien condena, quien juzga, yo solo hago preguntas. Entrevistar a Ricart sí. Pagando nunca.

P: Hágame una radiografía de la situación actual del periodismo de investigación en la televisión española.R:

Estamos mucho mejor respecto a los últimos diez años. Hay más espacios, lo que no quiere decir que todos sean igualmente de calidad o que en todos se trabaje igualmente bien o sean igualmente cautos con la información. Lo que sí es cierto, y no ha desaparecido, es que para que un programa se mantenga en la parrilla tiene que tener audiencia. Antes he hablado de la enorme paciencia que tuvo nuestro grupo con el programa, pero no todo el mundo tiene porque tener la misma paciencia, sobre todo cuando se juegan el dinero de inversores.

En todo caso, cualquier ventana que se abra, al final es una ventana al espectador, al sentido crítico del ciudadano. Incluso en casos en los que la gente pueda decir 'este programa me chirría o se ha quedado corto', es igual, eso ya ha despertado el sentido crítico, que es una de nuestras misiones como periodistas y, especialmente, en la investigación. Al final, eso ayuda a que entre todos creemos una sociedad más educada, más crítica, más interesada por los que les rodea.