Presentador de radio y televisión, actor ocasional y cómico popular por sus análisis políticos con sesgo humorístico en 'El intermedio', donde participa a diario, Dani Mateo (Granollers, 1979) se estrena en el mundo editorial con 'La risa os hará libres', libro en que recoge pensamientos surgidos de su actividad como hacedor de monólogos.

En la portada, superpone su rostro al de la heroína del cuadro de Delacroix 'La libertad guiando al pueblo'. "Ese ejercicio de travestismo me hizo sentir un inquietante placer, como cuando salí por la tele con el ridículo bikini de Borat. Estas cosas te hacen conectar con la esencia del showman, donde no hay pudores y te sientes un poco hombre objeto. Me sentí observado como una miss. Hasta mejoró mi vida amorosa, porque desde lo de Borat me piden que lo hagamos con la luz apagada", dice.

Opina que los estereotipos en torno a las relaciones entre los sexos son una fuente inagotable de inspiración para monólogos: "El género humano sólo tiene dos formas esenciales de ver la vida: la de los hombres y la de las mujeres. Hay mucho humor en la forma tan distinta que tenemos de ver el mundo, en nuestros intentos de llegar a acuerdos y en todo lo que tenemos montado alrededor de eso".

Para comprobar las diferencias tiene una propuesta: "Pasar la tarde en Ikea. Así se sabe quién manda, cómo funciona el sistema de pactos, y ves a tíos a los que se les revoluciona la hombría a la vista de una máquina de hacer agujeros y unos tornillos. Es una lección de vida", apunta entre risas.

Se declara bastante fan de las mujeres. "Ellas se adaptan mejor a las dificultades -opina-. El hombre va de duro y se rompe con más facilidad. Si las mujeres mandasen aplicando los atributos que las hacen mejores que nosotros, el mundo sería más amoroso y humano. Pero si la que ordena es la Merkel, que es un señor sin pene, me da lo mismo: detesto la brutalidad y la ley del más fuerte venga de donde venga".

Una crítica a las féminas: "No conocen el significado del verbo acabar. Por ejemplo, ¿Cuántos emoticonos de besos son necesarios para cerrar una charla de WhatsApp? Y si la mujer es tu madre, olvídalo. La conversación con una madre acaba cuando ella quiere. No importa cuántas flamencas le mandes, ella tiene una más".

A su entender, en las conversaciones entre hombres y mujeres hay una frase que sobra -"la última; que es la que inicia la bronca"- y una palabra: "pero". "Si le dices a una mujer que va estupenda con ese vestido, no añadas un ´pero´ detrás. Anula todo lo anterior y anticipa el conflicto". Y rebate, por último, esa idea de que a ellas lo que más les gusta de un hombre es el sentido del humor: "Hasta que llega el guapo".