El presidente de la Academia de la Televisión, Manuel Campo Vidal, moderó en 1993 el primer cara a cara televisivo entre aspirantes a unas elecciones generales y para las próximas vaticina que habrá debates en varios formatos, para los que aconseja a los políticos que vayan como a una selección de personal.

En una entrevista con Efe, asegura que la Academia está a la expectativa sobre la posibilidad de hacer algún debate porque es tiempo de partidos y de televisiones ya que los políticos saben que la partida, en buena parte, se juega en los medios de comunicación.

Por su gran experiencia en debates televisivos (moderó también el primero entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy en 2008 y entre este y Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011) dice que el moderador debe ser neutral y los candidatos, tal y como sostiene el experto norteamericano en debates Alan Schroeder, acudir con el espíritu de que el ciudadano le va a seleccionar para encargarle la dirección de una empresa que se llama España.

¿Va a moderar usted algún debate?

No descarto nada. Lo único que me gustaría descartar a estas alturas es que no vaya a haber debates. Estoy convencido de que en esta campaña va a haber muchos y de diversos formatos.

¿Cree que se conseguirá un debate entre los cuatro principales líderes?

No soy adivino. Pero para que se produzca primeramente debe haber un acuerdo entre los partidos y ya veremos si lo hay. Después tiene que autorizarlo la Junta Electoral Central porque puede suceder que, ante un debate a cuatro, algún otro grupo político que tiene representación parlamentaria presente una alegación.

El proceso de negociación de un debate es muy complejo y haríamos mal no tener en cuenta detalles como el citado sobre la Junta Electoral.

Además, cada partido legítimamente estructura o plantea una estrategia y puede ser que esa estrategia no pase por ahí.

¿Qué opina sobre que la Unión de Televisiones Comerciales en Abierto (Uteca) calificara en mayo pasado de "intrusismo" la posibilidad de que la Academia de Televisión organizase un debate ante las elecciones autonómicas y municipales?

La Academia solo interviene, como hizo en 2008, 2011 o en las últimas elecciones europeas, cuando no ha sido posible alcanzar un acuerdo entre televisiones y partidos. Si éstos quieren hacer un solo debate y hay varias televisiones que lo propugnan, pues parece razonable que se genere una señal institucional.

Eso hace que nosotros en este momento estemos a la expectativa.

Nos han preguntado, ¿ustedes estarían en disposición?, y nosotros hemos dicho que es tiempo de los partidos y tiempo de las televisiones.

¿Qué le pareció que se hiciera un debate en una cafetería como ocurrió en el programa Salvados entre Albert Rivera y Pablo Iglesias?

Me pareció bien, cualquier fórmula en la que los políticos hablen y los ciudadanos puedan verlo me parece positivo.

Tuve la posibilidad de hablar con Jordi Évole y le felicité. Algunos se confunden porque un debate en una cafetería no deja de estar cuidado, todo está perfectamente calculado.

Hablé también con Albert Rivera porque me lo encontré en el Palacio Real el día de la Fiesta Nacional y me dijo que había sido más bien una conversación.

¿Pero le gusta más la fórmula de celebrar un debate en un plató o fuera de él?

El hecho que de que se haga en un plató, en un bar o en una universidad no tiene más importancia siempre que se garanticen las condiciones de sonoridad o que los tiempos estén equilibrados, es lo justo, se pueden medir hasta con un árbitro de baloncesto, aunque me parece una exageración.

El profesor de la Universidad de Boston Alan Schroeder mantiene que el debate español tiene la virtud de que los candidatos tienen mayor enfrentamiento y tensión por la mínima intervención del periodista, algo que no sucede en Estados Unidos, donde los candidatos se hablan a través del moderador.

También es una innovación que celebro el plantear uno con máximos responsables políticos en la web de un periódico como en elpais.com.

¿Qué recuerda de aquél primer debate televisivo de 1993?

Fue una innovación espectacular en aquél momento en la televisión española y su impacto fue extraordinario. Hubo dos debates, el primero en Antena 3 y el segundo en Telecinco, moderado por mi estimado amigo Luis Mariñas, que incluso tuvo más audiencia que el primero. España se apasionó por los debates.

Desgraciadamente pasamos quince años hasta que pudimos recuperarlos con los Zapatero-Rajoy en 2008 y espero que sea siempre así y tan plural y diverso como parece que va a ser ahora.

¿Qué consejos daría a los moderadores y a los políticos que acuden a un debate?

La neutralidad del moderador es una exigencia imprescindible. Hemos visto recientemente algún que otro debate en las elecciones catalanas en las que el moderador jugaba a favor de una parte y me parece que eso no debe suceder y menos en televisiones públicas.

Los políticos saben que la partida se juega en los medios de comunicación en buena parte y todo el mundo es consciente de que las cosas hay que prepararlas muy bien.

Como dice Schroeder, un debate no es una esgrima dialéctica, es una selección de personal.

El ciudadano se sienta frente al televisor y piensa: a ver a cuál de estos señores o señoras les encargo yo la dirección de mi empresa que se llama España; y elige a uno o al otro.

A los políticos les diría que vayan a los debates con espíritu de participar en una selección de personal porque la ciudadanía los va a seleccionar.

Se ha hablado en algunos medios de que usted está vetado como moderador desde el PP por los últimos debates Rajoy-Rubalcaba. ¿Qué tiene que decir?

Saludé recientemente a Rajoy y no me dijo nada de esto. Estuvimos hablando de debates y recordando el último con Rubalcaba. Todos tenemos algún amigo y entonces se supone que algún amigo ha tenido la amabilidad de filtrar algo que es absolutamente falso.

¿Qué opina de la última adjudicación de nuevos canales de TDT que ha sido denunciada por Prisa tras quedarse fuera?

Todas las adjudicaciones de canales siempre son polémicas y si se hicieran de una forma más consensuada pues la foto no hubiera sido seguramente la misma. Los gobiernos en vísperas electorales acostumbran a hacer las adjudicaciones que creen de forma particular. Me gustaría que en las cosas públicas y de la televisión las cosas se hicieran de forma consensuada, no solamente imponiendo mayorías.

¿Cuáles son los próximos objetivos de la Academia de la Televisión?

Acabamos de entregar los Premios Iris donde se ha demostrado que en España se hace una televisión de calidad, aunque algunos programas no tienen la media de la calidad como sucede en todos los países. Se hace una ficción magnífica, un entretenimiento muy interesante, está bien en informativos, hay una buena industria audiovisual y unos excelentes profesionales.

La Academia trabaja en la dirección de defender la dignidad de las personas que hacemos televisión, que no siempre son bien tratadas, y también reclamar la creación de un Consejo de Medios Audiovisuales para velar por la calidad.