­Top Chef arranca esta noche en Antena 3 su cuarta temporada, en la que se verá «más cocina que nunca» a cargo de 14 cocineros profesionales entre los que hay dos alicantinos. Uno de ellos el chef privado de una familia rusa billonaria.

Repite, aunque sin perder un ápice de ilusión, el jurado formado por Alberto Chicote, Paco Roncero y Susi Díaz, pero se someterá a los concursantes a pruebas «aún más imposibles que nunca con resultados aún más sorprendentes que nunca», explicó ayer el también presentador de Pesadilla en la cocina.

«Catorce pedazos de cocineros», como los definió Roncero, que deberán cocinar para hambrientos moteros en el madrileño circuito del Jarama, unos exigentes niños, en los restaurantes de los jurados o unidos por un delantal, recolectarán ingredientes en la huerta navarra y se darán codazos para conseguir los mejores productos en un bodegón.

Los concursantes de la provincia son Pablo Montoro, un eldense que trabaja como chef privado de una familia rusa billonaria para la que «jamás repite plato» y Tomás López, jefe de cocina de Domgim (Elche), forjado en múltiples concursos. Junto a los alicantinos estarán María Rosa, propietaria y jefa de cocina de Ars Vivendi, considerado uno de los mejores italianos de Madrid; Rakel practica cocina de fusión en Karak (Valencia); Marcano da a la cocina vasca influencias asiáticas en Marcano (Madrid); el competitivo Xavi viene de La Tapa Teka de Calella (Barcelona); Melissa es una cocinera autodidacta que ejerce en Restaurante del Mar (Mallorca); el experimentado Julio es chef ejecutivo del Grupo Pradal de Madrid; la veterana Fátima, de La Atrevida (Valladolid), asume el programa como «reto personal», mientras que Richard, director gastronómico del Grupo La Pesquera, promete «dar mucha guerra». Por último, Manu, chef de Arume (Barcelona) tiene en su currículo haber ganado el concurso Tapa del Año de Cataluña en 2014; el argentino Filipetti (Haiku, Cadaqués) asegura que «no hay estilo gastronómico que se le resista»; Víctor Gutiérrez, un peruano asentado en Salamanca con una estrella Michelin; y Eva, la benjaminaque, con 23 años, trabaja ya como jefa de cocina de Cotton House Hotel de Barcelona.