Bertín Osborne ha conseguido reunir en su ‘Mi casa es la tuya’ a dos hermanos que han estado durante mucho tiempo separados. El Palacio de Portocarrero, propiedad de una prima del cantante, ha sido el lugar escogido por estar en Palma del Río, localidad donde nació Manuel Benítez 'El Cordobés'.

Manuel Díaz y Julio Benítez han abierto sus corazones para mostrarse sin ningún tipo de tapujos frente a las cámaras. En su charla, Manuel ha querido desvelar cómo fue el primer encuentro con Julio, este lo organizó Chema, su hermano por parte de madre: "Un día mi hermano Chema me dijo que si me gustaría conocer a mi hermano Julio. Le dije que no tenía ningún problema, que estaría encantado y que me parecía natural hacerlo. Al poco tiempo quedamos en la cafetería de un campo de golf y nos tiramos tres horas de reloj hablando. Lo primero que le dije fue que nosotros nos parecíamos, que teníamos más cosas en común que en contra. Primero por la profesión que habíamos escogido, en la que hablamos el mismo idioma, y luego porque él había sufrido mucho, al igual que yo".

Además, Manuel Díaz explicó el motivo por el cual escogió dedicarse mundo del toro: "Yo me hice torero porque no me quedó más remedio en mi vida. Era mi única arma para intentar darle justicia a lo que mi madre estaba sufriendo. Vocación sí la he tenido, pero después, pero lo que más me gustaba con 13 años era jugar con los niños y no ponerme a entrenar. Yo me hice torero por venganza, porque yo tenía que vengar a mi madre, buscar mis raíces, mi sangre. Por eso, cuando muchos años después estaba en un tentadero y me llamaron diciéndome que había salido Manuel Benítez en televisión diciendo que yo era su hijo, en ese momento se me quitó un peso de encima, me liberé, nació como un Ave Fénix que salió de mi cuerpo. Llamé a mi madre, que estaba en un llanto, me fui a su casa y le di un abrazo. No hablé. Y ese ha sido el abrazo de mi vida más significativo, con más cosas dichas y con menos palabras de mi vida".

La ayuda de Virginia

También tuvo palabras de amor y cariño para su esposa y madre de sus dos hijos pequeños: "Virginia es mi almohada, la que me hace tirar para adelante. De hecho, aún conservo post-its de hace 15 años pegados en el espejo de mi cuarto de baño que ella me dejaba cuando se iba a Venezuela que decían: 'Sigue luchando', 'Eres un luchador', 'Eres el mejor' y los tengo aún en el espejo. Creo que muchas veces, si no hubiera sido por Virginia, hubiera colapsado, no habría aguantado".

El día que se conocieron

Por su parte, Julio desveló que en su casa el tema de su hermano Manuel se evitaba siempre: "El tema de Manuel no se hablaba en casa, era delicado. Seguro que mi padre y mi madre sí lo hacían, pero nosotros hemos intentado no sacarlo". Eso sí, cuando conoció a su hermano Manuel no dudó en ningún solo momento que era su hermano por parte de padre: "El día que conocí a Manuel me di cuenta de lo mucho que se parece a mi padre. Me sorprendieron sus manos y los andares. Cuando le vi venir por primera vez con esa forma de andar que es la misma que tiene mi padre, me quedé impresionado. [...] Conocer a Manuel ha sido una de las cosas más bonitas que me han pasado este año. En el poco tiempo que le conozco me ha tratado con muchísimo cariño, igual que su familia, que es para comérsela".

Aunque los dos hermanos tengan una relación excelente, Manuel Díaz aún no ha podido compartir en privado un abrazo con su padre; y es que el maestro trató de encontrarse con él pero de forma pública, algo que no aceptó Díaz: "Mi padre me mandó un secretario para que hablara conmigo. Me dijo que 'el jefe' había pensado que iban a hacer un tentadero para que fuera allí con mi familia y nos hiciéramos una foto para colgar en las redes. Yo le dije: 'Así no. Tú, si me permites a mí, le dices al monstruo que yo, cuando él quiera, me voy a donde él me diga solo, solo, a tomarme un café con él y me siento yo solo con él cinco minutos en un cuarto, los dos. Yo creo que me merezco, después de tanto tiempo, tener cinco minutos con él. Sin gente, sin una cámara. Que luego quiere hacerse quinientas mil millones de fotos, me las hago. Que luego tenemos que irnos los dos abrazados por la plaza de las Tendillas de Córdoba, me voy. Pero yo quiero cinco minutos'. A los tres días me fui a entrenar y me encontré una página en el Diario de Córdoba diciendo: 'He invitado a Díaz a vernos en mi casa y lo ha rechazado'. No, perdona. Imagínate cuando vi aquello, me enfadé muchísimo. Automáticamente llamé a este señor que me llamó y le dije: 'Lo primero borra automáticamente mi número de tu agenda y no me llames más en tu vida''.

Una entrevista a dos de lo más sincera y emotiva que consiguió su mejor dato de audiencia en esta temporada con un 14% de share. Unas cifras que no pudieron alcanzar al 'todo terreno' de ‘Operación Triunfo’ que alcanzó el 19% con más de dos millones de espectadores.