El actor que dobla en España a Homer Simpson, Carlos Ysbert, asegura que si tuviera que vivir sólo de ese personaje se moriría de hambre y ha reconocido que, aunque en un principio lo rechazó por conllevar mucha responsabilidad, terminó por convertirse en el trabajo más relevante de su carrera.

"Cuando me propusieron el personaje dije que no porque era mucha responsabilidad, pero al final acepté y acabó siendo el personaje de mi carrera, a pesar de haber doblado a actores fantásticos", ha manifestado Ysbert en una entrevista con Efe.

Nieto del mítico José Isbert, hijo de la no menos emblemática María Isbert y hermano de Tony Isbert, este actor de doblaje ha participado en la sección dedicada a su profesión en el festival Celsius de Avilés, sobre la literatura fantástica.

Su presencia en la ciudad ha despertado una gran expectación, a la altura de un personaje universal, posiblemente uno de los más famosos de toda la historia de la televisión, como es el peculiar protagonista de la serie creada por Matt Groening.

"Homer tiene la inteligencia de la vida porque se implica lo justo para no desgastarse demasiado y luego hace lo que le da la gana", dice Carlos Ysbert, que cogió el relevo de la primera voz del personaje, Carlos Revilla, tras su fallecimiento en 2000.

Desde entonces, Homer habla para el público español a través de Carlos Ysbert.

"Pero, ¿se puede ser Homer verdaderamente en España? Ten en cuenta que Homer tiene una mujer que es una santa, le defiende en todo lo que hace y todos los conflictos que han tenido como matrimonio se han solucionado, la mayor parte de las veces, gracias a Marge", comenta su doblador.

En su opinión, todos tenemos dentro a un Homer, "un personaje a veces zafio en nuestras cosas íntimas, con ese puntito cómodo y egoísta, pero luego, sin embargo, con ese punto de héroe en las situaciones, sobre todo, con la familia, esa es la base del éxito del personaje".

"De Homer tengo muchas cosas como todos los españoles: cada vez menos pelo, un poco más de tripa, el amor por la cerveza, el sofá y también el sexo, que le encanta, por cierto", ha bromeado.

A petición de muchas personas, termina sacando la voz del famoso inspector de seguridad de la planta de energía nuclear de Springfield con sus latiguillos más reconocibles por el público.

En un momento dado de la entrevista, Homer Simpson sale de los labios de Carlos para hablar de ese gran huevo cocido que muchos ven en el Centro Oscar Niemeyer de Avilés.

"Me encanta estar en Avilés, porque hay un Centro Niemeyer que parece un huevo duro y a mi me despierta apetito; entonces luego voy a cualquier bar y me como un cachopo y unos frixuelos y soy el Homer más feliz del mundo".

Carlos Ysbert, además de poner la voz a Homer, está dirigiendo el doblaje de la serie desde la temporada 23 y eso le ofrece la posibilidad de hacer la adaptación del texto y entrar más en la esencia del guión y de la composición.

"Es una serie que no se casa con nada, lo mismo ataca, con humor, a un presidente que a un Papa, a una religión que a lo que sea, y siguen teniendo una actualidad rabiosa", asegura.

Ysbert, que ha sido el fundador de la Asociación de Actores de Doblaje de Madrid, dedica a cada temporada, de 23 capítulos, unos dos o tres meses de trabajo: "Si tuviera que vivir de Homer me moriría de hambre".

"Para poder mantener una estabilidad económica tienes que trabajar muy seguido, como todas las profesiones liberales tiene altibajos, pero llevo así un porrón de años y saco a mi familia adelante, pero sin lujos", ha recalcado.

El actor asegura que forma parte de una profesión media donde "hay mucha gente que no llega a los mil euros al mes, no es como dicen algunos que el doblaje son una panda de millonarios".