El último capítulo de The Walking Dead dejó a los fans de la ficción zombie con un preocupante pasaje final, la nueva argucia ideada por Negan, un tipo al que no se le acaban las malas ideas, para terminar con la revuelta que intenta poner fin a su tiranía y la de sus Salvadores.

((Atención: Esta noticia contiene Spoilers))

Así, después de 'castigar' a Eugene (Josh McDermitt) por la huída de dos de sus prisioneros y ponerle a fabricar munición para la batalla, Negan regresa para ver cómo va el trabajo del traidor amante del vino. Es entonces cuando, puede que inspirado por el licor... o simplemente como solución para ahorrarse trabajo, Eugene le propone al líder de los Salvadores regresar al medievo y construir catapultas desde las que lanzar trozos de caminantes infectados a sus enemigos para, así, propagar el virus letal entre sus filas.

Una idea peregrina que Negan, con su cruel astucia siempre lista, perfecciona. No, no se lanzarán pedazos de caminantes contra Hilltop, pero los Salvadores sí usarán el virus zombie en su ataque. Lo harán impregnando todas sus armas con sangre infectada de caminantes para golpear de forma definitiva al único bastión que le queda a la revuelta después de que hayan caído Alexandria y el Reino.

Al final del episodio, Negan reúne a los salvadores frente a tres caminantes encadenados y frota su bate de béisbol de alambre de púas en uno de ellos, impregnando así a su Lucille de sangre (y alguna otra cosa) mientras habla sobre cómo usar esta arma para destruir a sus enemigos empujándolos, cortésmente, a unirse al club de los muertos vivientes.

Así, además de obviamente las balas, también las flechas y las armas cuerpo a cuerpo -cuchillos, hachas, machetes y demás- recibirán un baño de sangre previo a la batalla. Pero ojo, esto también implica muchos riesgos para los propios Salvadores, ya que si ellos son rozados por algunas de estas armas... también se condenarán a convertirse en caminantes.

En los cómics, Dwight es la clave

Esta sangrienta estratagema también la lleva a cabo Negan en los cómics justo antes de asaltar Hilltop y, efectivamente y sí, es algo que funciona: Todos los que sean alcanzados por las armas se convierten en caminantes.

Pero la importancia de este plan tan gore de Negan es capital, al menos en los cómics, ya que es clave para el desarrollo de una de las subtramas más importantes, aunque hay que tener en cuenta que la serie se va separando cada vez más de la novela gráfica, por tanto... todo es posible.

En los cómics, los Salvadores llevan con ellos un grupo de caminantes encadenados a las puertas de Hilltop para así mantener sus armas impregnadas de sangre zombie fresca. La táctica infecta a algunos personajes secundarios... pero no marca diferencias significativas en la batalla. Sin embargo, sí será tremendamente importante para la historia de un personaje: Dwight (Austin Amelio).

El salvador arrepentido está ahora de regreso en las filas de Negan y, aparentemente, sigue comprometido con su papel de topo para Rick y los suyos. Su tapadera está intacta por ahora, pero termina descubierto debido al plan gore de Negan.

Así, durante un punto clave de la batalla, Negan y Dwight terminan enfrentánose a Rick y Dwight, metido en su papel de fiel esbirro de Negan, le dispara con una ballesta cuando Rick huye de la confrontación... Pero Dwight no usa una flecha ensangrentada para disparar a Rick, por lo que no está infectado con el virus zombie. Algo que, más tarde cuando Negan lo descubre, no pasará por alto y destapa así la traición de Dwight a los Salvadores.