TORREVIEJA

Parejas fieles a la laguna rosa de Torrevieja

Más de 2.500 parejas de flamenco escogen por quinto año consecutivo la mota de las salinas de Torrevieja para nidificar

Nidificación de los flamencos en la laguna de Torrevieja, en una imagen de esta semana. | FEDERICO  KENZELMANN AREA

Nidificación de los flamencos en la laguna de Torrevieja, en una imagen de esta semana. | FEDERICO KENZELMANN AREA / FOTO DE FEDERICO KENZELMANN AREA

D. Pamies

D. Pamies

Han vuelto. Y lo hacen por quinto año consecutivo. Miles de parejas de flamenco han regresado a la laguna salinera de Torrevieja para nidificar. En estos momentos serían aproximadamente unas 2.500 parejas, localizados en la mota que separa en dos mitades la laguna salinera, según la estimación de Federico Kenzelmann Area, salinero y fotógrafo que lleva cinco años siguiendo la singular nidificación de la especie en el humedal torrevejense.

Desde mediados de abril

Las parejas más madrugadoras de este año se establecieron sobre el 10 de abril y comenzaron a preparar los nidos. De las 100 iniciales se pasó a 500 y ahora alcanzan ya las 2.500... Y creciendo. Los primeros huevos podrían eclosionar sobre el 20 de mayo.

Pareja de flamencos en la laguna rosa de Torrevieja, a la que comenzaron a llegar el pasado diez de abril

Pareja de flamencos en la laguna rosa de Torrevieja, a la que comenzaron a llegar el pasado diez de abril / FOTO DE FEDERICO KENZELMANN AREA

El origen

Los flamencos siempre han formado parte del hábitat del Parque Natural de las lagunas de Torrevieja y La Mata. Pero nunca habían escogido el humedal para reproducirse hasta 2020. Varios factores confluyeron en aquella ocasión para que las parejas reproductoras se establecieran en la laguna pese a que este espacio natural soporta una enorme presión humana.

Pandemia

En principio, ni los expertos conocedores de la especie veían futuro a la continuidad de la colonia reproductora. Pero llegó la pandemia y el confinamiento que coincidió con los meses de cortejo y nidificación del flamenco y la presión humana se redujo al mínimo en un humedal rodeado de miles de viviendas. También ayudó el ciclo de lluvias torrenciales que anegó los humedales del sur de alicante meses antes, mientras la sequía hacía estragos en sus zonas de cría tradicional, como la laguna de Fuente de Piedra (Málaga).

Ocasional

El éxito de esa elección ocasional permitió que la colonia volviera a repetir en años sucesivos. El factor determinante, tras la sorpresa inicial, es la propia mota de la laguna. Construida en los noventa para dividir «El Charco» y proteger la producción de sal, ahora alberga a una de las principales colonias reproductoras de flamenco de España.

Además de flamencos comunes también se han avistado ya en las últimas semanas algunos ejemplares de flamenco enano que el pasado año también nidificaron nidificaron por primera vez en el espacio natural torrevejense.

Grupos de flamencos junto a la mota divisoria de la laguna salinera de Torrevieja en una imagen de esta semana

Grupos de flamencos junto a la mota divisoria de la laguna salinera de Torrevieja en una imagen de esta semana / FOTO DE FEDERICO KENZELMANN AREA

Depredadores

La extensa lengua de tierra de la mota está aislada de la orilla, solo con accesos por la empresa salinera y el parque natural. Los depredadores naturales de las crías, como jabalíes y zorros, no pueden entrar.

Un lugar donde las aves quedan lejos y poco accesibles a la intrusión humana. Los flamencos se han habituado al paso constante y durante 24 horas de las barcazas que transportan los «raches» cargados la sal desde la máquina cosechadora al lavadero. Pero no ven como amenaza su desplazamiento lento y pesado.

En áreas cercanas como Santa Pola o El Hondo no han logrado nidificar en los últimos años. La proximidad de esos humedales, también el de las salinas de San Pedro, les permite diversificar sus áreas de alimentación, pero los peques de flamenco, de momento, se quedan en Torrevieja.

UN RECLAMO TURÍSTICO

Durante estos cinco años el interés por la especie y su presencia en la laguna salinera se ha disparado. El perfil del ave protagoniza rotondas, campañas de publicidad institucional y decora macrocentros comerciales. Se ha convertido, a la par el redescurbierto tono rosado de la propia lagua, en un reclamo turístico más en una ciudad que intenta huir de su propia imagen de masificación.

Pero a excepción de intentarlo en la amplia oferta de visitas guiadas en el complejo salinero el avistamiento de estas aves en su medio es difícil -están a varios kilómetros de la orilla-.

Además está prohibido por las normativa del parque natural circular por senderos que no estén indicados -en el caso de la laguna de Torrevieja no existen mientras que la de La Mata cuenta con centro de visitantes, itinearios y miradores-. Tampoco está permitido bañarse en sus aguas, aunque el Ayuntamiento de Torrevieja ha llegado a incluir en su material promocional de vídeo e imágenes a turistas tomando el sol en sus orillas.