El agua ha sido una constante en su vida y en su obra, por eso ha marcado su carrera. Pero ella no lo sabía. Fueron el profesor Juan Antonio Roche y el artista Pepe Calvo los que al proponerle hacer una exposición con sus fotografías le llevaron a ver la realidad. «Ha sido como un psicoanálisis, ahora entiendo mi vida, mis obsesiones y también mi arte», asegura María Dolores Mulá cMaría Dolores Muláuando ve cómo sus fotografías dan sentido a su trayectoria.

Así surgió Tierra inundada, una muestra de 18 imágenes y dos vídeos que se inaugura hoy en el MUA, donde se podrá ver hasta el 24 de julio. Argentina, Islandia y España se ven reflejadas en esta exposición que tiene el agua como hilo conductor, como una obsesión que ha perseguido siempre a la artista a la hora de trabajar. «Es una necesidad que tengo de llevarme imágenes de lo que veo para protegerlo, igual que esa incansable necesidad de viajar... que viene del desarraigo».

Y cuenta que nació en un pequeño pueblo catalán, la Vila de Çers en la provincia de Barcelona. «Yo me vine a Elche con 11 años porque mi casa desapareció, está debajo del agua, porque hicieron un pantano. No volví hasta hace 20 años y solo se ve la parte de arriba de la iglesia en medio». No queda ahí su relación con el agua durante la infancia. «Mi madre nos llevaba a merendar al campo y un día me dejó en el suelo y cuando se dio cuenta me había caído al agua... Siempre he tenido atracción por ella».

Roche y Calvo, como comisarios de la muestra, han dividido las imágenes en cuatro secciones: Agua desbordada, Agua detenida, Agua rota y El misterio del origen. Inundaciones, lagunas, cataratas, cráteres, ríos y el mar aparecen en estas imágenes tomadas para el recuerdo.

Aunque no está, María Dolores Mulá se ve en esas fotografías y se reconoce. «Qué suerte cuando alguien ha nacido en un lugar al que puede volver».