La Biblioteca Municipal Rafael Altamira de El Campello, servicio público adscrito a la concejalía de Cultura, ha ido creciendo desde sus inicios, en el año 1976, de forma exponencial. Un lugar de lectura y estudio que se creó con el fin de que los vecinos del municipio pudieran disfrutar de libros para todas las edades, en la actualidad cuenta con más de 13.000 socias y socios. O lo que es lo mismo: más de un tercio de la población utiliza sus servicios.

El móvil fundamental de la biblioteca es ser un lugar de encuentro de la ciudadanía con el mundo de la información, proporcionando materiales y recursos que posibilitan el crecimiento humano de las personas. Se trata de una biblioteca abierta en todos los sentidos, con un componente emocional como pilar básico de su funcionamiento, un lugar en el que los usuarios se encuentran cómodos y pueden establecer lazos de unión con los bibliotecarios: Juan Carlos Miravalles y Dani Alberola.

La biblioteca está organizada en sucursales que posibilitan una mejor gestión del fondo bibliográfico y audiovisual. Un fondo que asciende a más de 34.000 volúmenes, de los cuales más de 32.000 son libros en formato papel, seguidos de más de 2.000 unidades de material audiovisual, archivos de ordenador y revistas. Además de la sala general y sala infantil/juvenil, las otras sucursales son la Biblioteca depósito, la Colección Rosser-Limiñana, la Biblioplaya Carrer la Mar, la Biblioplaya Rincón de la Zofra y la Colección Manuel Molina.

Catalogar el fondo actual municipal ha supuesto un arduo trabajo de clasificación, etiquetado, localización e informatización durante más de dos décadas de constante crecimiento a todos los niveles. Un fondo catalogado en su totalidad, y que cuenta con los instrumentos de búsqueda para su correcta gestión.

Actividades para todos

La biblioteca desarrolla a lo largo de todo el año un amplio abanico de actividades para todas las edades, con el fin último de movilizar los fondos existentes y animar a la población a su uso y disfrute. Además de la formación de usuarios y de las actividades para niños y adolescentes concertadas con los centros educativos, el centro desarrolla cuentacuentos para los más pequeños, así como uno de los clubs de lectura más arraigados y con una proyección muy destacable. Pero además, puede presumir de haber realizado un amplio abanico de actividades en el periodo de confinamiento, que la situaron entre las bibliotecas con más proyección a nivel nacional, desarrollando un conjunto de actividades online que fueron reseñadas en foros bibliotecarios en el periodo de 2020.

Este templo de la cultura crece al ritmo que los usuarios van demandando, y por ello los bibliotecarios están siempre pendientes de las novedades del mercado editorial para ofrecerlas, además de las desideratas que filtran en su trato diario con los lectores.

Los responsables quieren que la lectura llegue a todos los rincones y hogares campelleros, y que la población valore el fondo tan excepcional que dispone actualmente, en el que la novela y el libro ilustrado tienen un protagonismo mayúsculo dentro del conjunto del fondo bibliográfico.

En este sentido, la biblioteca ha hecho un esfuerzo por facilitar la localización de las obras que pueden resultar más útiles al público, mediante el etiquetado de la novela por géneros: policiaca, histórica, romántica, aventuras, erótica, mujer, adolescentes, realista… En paralelo, se ha iniciado ya el proceso de clasificación en el libro infantil, a través de los puntos de interés, tales como: abuelos, bebeteca, cursiva, duelo, pañales, lectura fácil, chicas, bylling, navidad, miedos, medio ambiente o superación.

Sala infantil

La Sala infantil es un espacio mágico que hace poco tiempo mejoró sus instalaciones albergando ilustraciones de los «Monstres valencians». La editorial Andana cedió las ilustraciones del libro La Maria no té por, escrito por Dani Miquel y Francesc Gisbert e ilustrado por Riccardo Maniscaldi. Fue el propio ilustrador quien ha hecho posible la cesión de los derechos de autor para que la sala infantil tenga actualmente un aire renovado que viene a contribuir a la difusión de los monstruos valencianos, una parte de la cultura popular de nuestros pueblos.

Los bibliotecarios quieren recuperar la situación previa a la Covid-19, abrir sus salas y que los visitantes disfruten de las posibilidades que la lectura es capaz de ofrecernos, infinitas, porque la lectura es el gran tesoro de nuestra sociedad.

«No podemos avanzar sin libros, no podemos ser mejores sin leer a los clásicos, a los modernos, a los osados y los fantásticos. Leer y leer para avanzar, leer para entendernos, leer para ser mejores y no dejar a nadie en el camino, leer a quienes nos pensaron en antaño, leer para seguir sonriendo, para luchar por ideales y para caminar sabiendo quiénes somos y a quiénes debemos lo que somos», comentan comprometidos.