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Cultura y Busot requieren al propietario de la Torre de Cabrafich para frenar su ruina

La conselleria y el Ayuntamiento instan a actuar de forma urgente al dueño para garantizar la conservación del BIC

La Torre de Busot o Cabrafich presenta un estado ruinoso. | INFORMACIÓN

La Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento exigen a la propiedad de la Torre de Busot o de Cabrafich que actúe de forma urgente para frenar la ruina de este Bien de Interés Cultural (BIC), tras décadas en el más absoluto abandono. La Generalitat ha emitido una resolución por la que «se requiere a la propiedad de la Torre de Busot con carácter urgente, el cumplimiento de la obligación de conservación y mantenimiento del citado bien, en virtud de lo dispuesto en el artículo 18 de la Ley del Patrimonio Cultural Valenciano, los titulares de bienes incluidos en el IGPCV (Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano) están obligados, entre otros, a la obligación conservación y mantenimiento».

Este requerimiento se produce a raíz de la denuncia de un particular sobre el alarmante deterioro de uno de los dos BIC con los que cuenta Busot. El activista medioambiental y exconcejal de Alicante Miguel Ángel Pavón remitió un escrito a principios de este año en el que ponía de manifiesto el estado ruinoso de este valioso bastión, reclamando medidas urgentes para evitar su desaparición. Y una resolución fechada el 4 de noviembre y que se ha remitido tanto a Pavón como al propietario, recoge la reclamación de medidas urgentes para salvar el BIC.

Esta fortificación, datada del siglo XVII aunque podría remontarse dos siglos antes, presenta un pésimo estado de conservación y apenas ha sido explorada arqueológicamente, y su titularidad es privada. Por su parte el alcalde de Busot, Alejandro Morant (PP) informó a este medio que el Consistorio también ha requerido al dueño para que adopte las medidas necesarias para evitar su ruina.

En la denuncia presentada por Pavón ante la conselleria y el Ayuntamiento se alertaba del «mal estado y deterioro del BIC denominado Torre de Busot o de Cabrafich, que sufre, especialmente en su fachada oeste, pérdida de materiales constructivos que pueden comprometer la estabilidad e integridad de su cuerpo principal, construido con fábrica de tapial». Y destacaba también el estado de ruina de gran parte de la edificación que rodea la torre, y su deterioro general, en concreto la casa que se adosó con posterioridad a la torre y un pozo.

Detalle del matacán para defender el acceso al bastión. | INFORMACIÓN

Por ello este activista reclamaba que «se inicie expediente para exigir a la propiedad de la torre la realización de las obras de apuntalamiento o de consolidación que sean necesarias para revertir el actual proceso de deterioro que sufre la torre». Con la denuncia adjuntaba un reportaje fotográfico realizado en enero de 2021 sobre su lamentable estado, y ahora Cultura ha requerido a su propietaria para que garantice su conservación.

Esta fortificación se localiza casi en la linde con Aigües, cerca de la carretera que une esta localidad con Busot, en las últimas estribaciones del Cabeçó d’Or. La torre debió tener la función de vigilancia del entorno así como proteger a los habitantes de la zona, con un amplio campo visual orientado hacia la Huerta de Alicante, que está salpicada de este tipo de construcciones, todas protegidas igualmente aunque algunas también presentan un mal estado de conservación o han desaparecido.

Según el Catálogo de Bienes Protegidos de Busot, se ha calculado una altura total para este elemento defensivo de 12,13 metros, incluyendo una terraza superior con almenas de 1,12 metros de altura, estimándose un grosor de muros de 0,65 metros.

Remate almenado y matacán

La torre cuenta con alguna particularidad añadida como el remate almenado, el matacán labrado de su cara oriental para defender el acceso a la torre desde ese flanco, y sobre todo, su construcción sobre un alto talud de sillería. El acceso principal al bastión, que se supone debe encontrarse en el flanco del matacán, se sospecha que está ahora embutido en la vivienda anexa, en estado ruinoso. Y en el interior de la fortificación existe una escalera de caracol de reducida superficie para comunicar los distintos pisos.

El Catálogo de Protecciones ya advertía que la torre mantenía un «regular estado de conservación», pues había «perdido ya parte de su revestimiento, si bien su integridad no parece correr riesgo. En cualquier caso, es aconsejable algún tipo de intervención que frene la caída de enlucidos, pues tras ellos es de esperar que comiencen a caer elementos propiamente de su fábrica». Este deterioro ha ido avanzando, y además presenta grafitis, unos «actos vandálicos que se explican por el estado de abandono casi permanente del conjunto de torre y casa», según el Catálogo de Busot.

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