Turisme Comunitat Valenciana se ha comprometido con el sector a abonar en 15 días las facturas que se generen. De esta forma, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, quiere hacer frente a los recelos que existen entre las empresas (hoteles, agencias de viajes, apartamentos y camping), que participan en el programa del bonoviaje, ante los posibles retrasos en los pagos, ya que la fórmula elegida para sufragar el bonoviaje obliga a que sean las empresas la que adelanten la subvención de hasta 600 euros por viaje. Algo que supone anticipar unos desembolsos, que muchas mercantiles no pueden asumir por la magnitud de la crisis económica en la que les ha sumido la pandemia del covid. Fuentes de Turisme subrayaron ayer que el compromiso de pagar en 15 días es real. «Entendemos la situación pero hasta que el cliente no disfrute del servicio y nos hagan llegar la factura correspondiente no podemos iniciar el procedimiento de pago» aclararon desde el departamento de Colomer.

La puesta en marcha del bonoviaje, en vigor hasta diciembre de 2021, salvo entre abril y octubre del año que viene, representa una ayuda para el sector turístico, que atraviesa por el peor momento de su historia después de que el covid haya destruido el 70% de la actividad.

El presupuesto alcanza los 14,3 millones de euros, 4,3 millones para lo que queda de este año y 10 millones para 2021, aunque a expensas de que queden reflejados en los presupuestos de la Generalitat para el año que viene. La aceptación hasta ahora ha sido espectacular, puesto que desde el martes se han superado ya los 10.000 bonos, se ha generado lista de espera, y 845 empresas se han adherido, aunque, en el caso de los hoteles, no están todos abiertos ahora mismo.

El Consell trata de combatir el recelo existente ante el retraso en los pagos

Una de la pegas al programa (pilotado por la Generalitat y pionero a nivel autonómico), ha llegado desde la Asociación de Viviendas de Alquiler para Estancias Cortas de la Comunitat Valenciana (AVAEC), colectivo que está formado por propietarios individuales de hasta cinco viviendas registradas en Turismo -44% de la oferta total-, que se ha quedado fuera del programa. AVAEC denuncia la discriminación que sufren las viviendas de uso turístico gestionadas por personas físicas y jurídicas que no son empresas gestoras, a las que «deja fuera este decreto pese a representar más de 35.000 viviendas, el 44% del total». El decreto dispone que pueden adherirse al programa los titulares de establecimientos de alojamientos inscritos en Turismo. Hoteles, bloques y conjuntos de apartamentos turísticos, camping, casas rurales, albergues y empresas gestoras.

Esto supone que el «Bono Viatge» establece, según los pequeños propietarios, una limitación discriminatoria porque exige que los establecimientos que deseen adherirse estén inscritos como empresas gestoras, pese a que la normativa de 2009 del Consell sobre viviendas turísticas «solo requiere la inscripción en el registro a las personas jurídicas o físicas cuya actividad profesional, principal o no, consista en la cesión a título oneroso del uso y disfrute de, al menos, cinco viviendas turísticas".

AVAEC denuncia así que el programa de ayudas deja fuera a buena parte de los pisos turísticos, al establecer la obligación de estar inscrito en el registro como empresa gestora, «medida que resulta discriminatoria, infringe el principio de igualdad y ahonda más, si cabe, en el deterioro del sector», según subrayó la asociación en un comunicado.

Benidorm muestra su plan de corredor aéreo seguro

Benidorm sigue dando pasos adelante para incorporarse a la negociación con distintos países de Europa y poder disponer de un corredor aéreo seguro que le permita recuperar turistas internacionales, complicado si al final se decreta el toque de queda. Ayer, el alcalde, Toni Pérez, presentó vía telemática al secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, este proyecto piloto que permitiría abrir un pasillo aéreo entre Benidorm y el Reino Unido, a través del aeropuerto. El objetivo de «Benidorm Island» es plasmar que la ciudad-destino turístico se comporta para el mercado británico como una isla y los turistas permanecen en ella a modo de resort sin abandonarla, manteniendo Benidorm, además, unos mínimos índices de incidencia de covid.