La demolición del edificio de Diputado José Luis Barceló 10, en el barrio de Nou Alcolecha de Alicante (Zona Norte), ya está en marcha con un plazo de tres meses de obras para tranquilidad del vecindario del entorno, que lo consideraba un peligro dado que fue declarado en ruina técnica hace siete años, además de ser refugio de okupas y foco de roedores y plagas de insectos. La asociación de vecinos Nueva Alcolecha destaca la inquietud que suponía uno de las construcciones que peor estado presentaba de todo Alicante porque pudiera sufrir algún derrumbamiento y dañar a los niños del vecindario o a cualquier adulto que se acercara a sus proximidades.
Por estos motivos, este barrio de la Zona Norte aplaude una actuación que se adoptó en abril de 2015, y que obligó a desalojar y buscar acomodo a las 32 familias que residían en el bloque. Estas personas tuvieron que sacar sus cosas en 15 días, deprisa y corriendo, al tomar la decisión el Ayuntamiento de demolerlo por ruina. El bloque, sin embargo, ha estado en pie otros siete años más, convirtiéndose, según los vecinos de los edificios colindantes, en nido de ratas y refugio puntual de okupas y de personas que además se llevaron marcos de puertas, cobre y cualquier material que se pudiera vender, incluso el metal de las tuberías.
Algunos de los residentes, que se quedaron a vivir en pisos del entorno pagando un alquiler social, nunca han entendido por qué aquella premura para abandonar el edificio, que entonces fue justificada por el Ayuntamiento por el riesgo de desplome de las escaleras. El edificio de José Luis Barceló 18, próximo al anterior, fue demolido en 2014. Dos años antes un total de 52 familias fueron desalojadas. El Ayuntamiento de Alicante decretó entonces la «ruina inminente y peligrosa» del edificio. Un total de 156 personas dejaron sus viviendas en horas y fueron ubicadas en el polideportivo de Ciudad Jardín. Otras fueron realojadas en pisos del Patronato de la Vivienda, y algunas se marcharon con familiares.
Antonia Sánchez, presidenta de la asociación de vecinos Nueva Alcolecha, explicaba este miércoles que «ya llevábamos tiempo esperando. El edificio estaba vacío y era mejor que lo demolieran. Se metían okupas pese a estar cerrado y con puertas y ventanas tabicadas. Es positivo para el barrio, para mejorar su imagen y por razones de salubridad y seguridad». De momento la asociación desconoce qué uso se le dará aunque prefiere que el espacio esté diáfano y sea un solar, incluso aparcamiento de coches, como el del otro edificio de José Luis Barceló demolido en 2014, a que siguiera en pie con riesgo de caerse. «Era un peligro, el barrio realmente sale ganando».
En el bloque se hicieron reparaciones que no evitaron el desalojo por robo de materiales y falta de mantenimiento
El inicio de los trabajos de demolición del inmueble de Nou Alcolecha supone para la Concejalía de Urbanismo dar continuidad a la rehabilitación de la zona tras el derribo hace ya ocho años del citado inmueble en el número 18 de la calle Diputado José Luis Barceló. Con este segundo derribo se ejecuta el acuerdo de la Junta de Gobierno Local que adjudicó en marzo la actuación a la mercantil José Savall Ronda S.A., con un presupuesto de 177.953,04 euros IVA incluido para tres meses de obras. El edificio, esquina con la calle General Espartero, se compone de planta baja de uso mixto, dedicada a locales comerciales y viviendas, y cuatro plantas. El conjunto se articulaba alrededor de un patio interior que servía de corredor, con tres escaleras. El inmueble tiene una superficie de suelo de 613 metros cuadrados y 2.488 metros cuadrados de superficie construida y data de 1966, teniendo, por tanto, en torno a 55 años de antigüedad.
El Ayuntamiento intentó salvar el inmueble en 2009 con una inversión en reparaciones que no evitaron pocos años después la declaración de ruina inminente debido sobre todo al robo de materiales y la falta de mantenimiento. Los técnicos avisaron del mal estado del edificio y se colocaron refuerzos en las estructuras de la escalera, pero los puntales también «desaparecieron» para venderlos como chatarra.
El área de Urbanismo que dirige Adrián Santos Pérez, de Ciudadanos, ha elegido la técnica de demolición mecánica por procedimientos hidroneumáticos para la estructura del edificio, «al considerar este método el de mayor seguridad, y que consiste en agotar la resistencia del hormigón con el empleo de unas mandíbulas demoledoras dotadas de unas cuchillas que trituran la estructura, aplicando un esfuerzo cortante. Este sistema tiene la ventaja de poder cortar los elementos, como vigas, pilares o forjados, para soltarlos y bajarlos al suelo, evitando su caída libre». La demolición se realizará de arriba abajo evitando derrumbes por empuje y sobrecargas por acumulación de escombros en plantas inferiores, restos que se irán desalojando progresivamente.
