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El botellón se desmadra con actos vandálicos en el Casco Antiguo de Alicante

Vecinos de Santa Cruz alertan de que grupos de jóvenes se suben a la muralla, a la nueva pasarela y al parque de la Ereta, y lanzan botellas de cristal contra sus casas - La Policía Local anuncia más vigilancia a partir de este fin de semana

Los vecinos de Santa Cruz han puesto carteles en las macetas para evitar que orinen en ellas. | PILAR CORTÉS

Los vecinos del Casco Antiguo exigen soluciones por el agravamiento del botellón desde que se han levantado las restricciones por la pandemia con pandillas de jóvenes que quitan las vallas de las zonas con riesgo de desprendimiento en las faldas del Castillo de Santa Bárbara y se suben a beber a los escondrijos en la muralla; en el parque de la Ereta y en la nueva pasarela de Santa Cruz. Los afectados alertan del comportamiento incívico de algunos de los jóvenes, que lanzan botellas desde los puntos más elevados contra sus casas: temen que acaben impactando contra algún vecino puesto que cuando empiezan el botellón -a partir de las 20 horas, de jueves a sábado- están aún reunidos en la vía pública.

Mientras cierran una movilización de protesta han impulsado una campaña en redes sociales avisando a los jóvenes de que se están organizando contra el botellón con aviso directo a la Policía. Los agentes reforzarán la vigilancia desde este fin de semana y verificarán los actos vandálicos desde la muralla y la pasarela, según avanzaron ayer desde la Concejalía de Seguridad.

Los vecinos de Santa Cruz tienen miedo porque hace un par de semanas el lanzamiento de botellas pudo acabar en agresión. «Estábamos tomando el fresco y los chavales volvieron a tirar botellas desde la muralla. Los cristales, al romperse, salpicaron a varias personas. Había niños pequeños celebrando un cumpleaños en una mesa que habíamos sacado para cenar. Fuimos a por ellos y vinieron varios furgones de la Policía a identificarlos pero esto es un sinvivir. La Local manda el dron y se mete en la muralla y en el parque pero la gente sigue subiendo en manadas, los jueves, viernes y sábados desde las ocho de la tarde, es un escándalo», explica Mariano Ballester, residente en Santa Cruz. Además de los que se meten por una entrada abierta en la muralla pendiente de restaurar, hay pandillas que se ocultan en la zona del «polvorín» de la Ereta «donde no llega la Policía». Este parque se cierra a las once de la noche, así que cuando quieren salir saltan en manada por encima de la puerta de hierro, con riesgo de accidente. Un problema que se repite en los accesos de San Roque y la plaza del Puente. «También se juntan en la pasarela nueva del Portón y tiran botellas», indican los perjudicados.

Por las mañanas, prosiguen, las puertas de las casas amanecen llenas de cristales y botellas. «Es tan simple como poner vigilancia o cerrar la puerta de la muralla por donde se nos llegan a colar hasta en nuestras casas y en la ermita», apuntan los vecinos en las redes, donde han colgado vídeos con grupos de jóvenes bajando de su escondite en el monte. Mareen R., que tiene una casa en la calle San Luis, relata que los jóvenes suben por la nueva pasarela y acceden a esta vía y a San Antonio para beber juntos. «Pedimos que cuando se marchen se lleven sus cosas y no hagan destrozos. Se supone que nadie puede subir a la muralla pero la puerta está abierta de par en par. La Ereta sí se cierra pero hay un mirador que da a las casas y se dedican a lanzar botellas. Va a pasar una desgracia». Esta propietaria afirma que desde el verano, con la mejora de la pandemia, se ha notado mucho el incremento del botellón, «quieren salir y saben que para la Policía es más difícil pillarles por el Castillo». Hay vecinos que intentan disuadir a las pandillas diciéndoles que van a llamar a los agentes y les van a multar. Otro problema son los vómitos y orines en las puertas de las casas del acceso al Castillo por la Ereta, el Portón, San Rafael, Muchamiel, Navíos y Deán Zaragoza, donde los residentes han puesto carteles para evitar que orinen en sus plantas. Una última consecuencia es que se resiente el alquiler turístico en Santa Cruz de personas que buscaban una zona peatonal, que presuponían tranquila.

El Ayuntamiento afirma que la Policía Local despliega controles fijos e itinerantes del botellón en el Casco Antiguo y otros puntos donde se reúnen grupos a beber. «Se dispersan y se multa a los jóvenes que están consumiendo alcohol porque está prohibido, se decomisan las bebidas, se destruyen y se levantan actas». «La Concejalía está en contacto directo con vecinos del Casco Antiguo, que tienen los teléfonos de los mandos del servicio nocturno y el operativo antibotellón. Evitar el consumo de alcohol y los actos vandálicos es una prioridad», dice el bipartito, de ahí que se vaya a reforzar el servicio nocturno y la Unidad Fox.

Imagen de un dispositivo antibotellón desplegado por la Policía Local en junio en La Ereta. | HÉCTOR FUENTES

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