Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los vecinos decoran las calles de Santa Cruz con velas para contrarrestar la mala imagen que provoca el botellón

El encendido de 150 candelas los sábados atrae al turismo - Los residentes afirman que la presión policial en El Portón logra ahuyentar a las pandillas

Con la velas y candelabros se adornan calles, repisas y ventanas. | JOSE NAVARRO

«El barrio de Santa Cruz a la luz de las velas y al perfume de sus plantas». Así han bautizado los vecinos la iniciativa espontánea de varios de ellos de iluminar con velas y candelabros escalinatas, repisas de las fachadas y ventanas como una forma de atraer visitantes al Casco Antiguo de Alicante los sábados por la tarde-noche para contrarrestar la mala imagen del botellón, que se desmadró con el final de las restricciones por la pandemia en esta zona de la ciudad incluso con actos vandálicos.

Los residentes en Santa Cruz han sufrido en los meses de septiembre y octubre no solo la presencia de grupos de jóvenes que subían a beber la muralla, a la nueva pasarela y al parque de la Ereta, sino comportamientos agresivos ya que algunas de las pandillas lanzaban botellas de cristal contra sus casas, dejaban las calles llenas de basura y cristales, y orinaban en sus puertas. Tras pedir reiteradamente una mayor vigilancia y salir ellos mismos a «patrullar», los vecinos admiten que estos dos últimos fines de semana el botellón ha bajado, lo que también atribuyen a la presencia de coches de Policía, como pedían, en El Portón, lo que ahuyenta a las pandillas.

Una mujer fotografía la calle Deán Zaragoza con velas, otro atractivo turístico para Santa Cruz. | JOSE NAVARRO

La idea de iluminar las calles con velas, como vieron en la localidad alicantina de Busot, fue impulsada hace dos meses por residentes en la calle Deán Zaragoza para realzar esta zona elevada del Casco Antiguo los viernes y sábados entre las 21 horas y la medianoche, pero con el cambio de hora han adelantado el encendido a las seis de la tarde y han optado por instalar la decoración de velas solo los sábados al ser cuando más visitantes reciben, al menos para el otoño y el invierno.

Mariano Ballester, uno de los vecinos que están detrás de esta iniciativa, señala que «sube cada vez más gente, gracias al boca oreja. Son cinco horas de iluminación, hasta que se agotan las velas, y queda precioso. Incluso los días de lluvia vienen a verlo así que volvemos a encenderlas hasta que se apagan». Niños y adultos del barrio tardan unas dos horas en decorar escalinatas, repisas de las fachadas y ventanas con más de 150 velas, que introducen en tarros de yogur de cristal para que no se apague el fuego, y candelabros.

Para crear más ambiente en el barrio sintonizan piezas de música clásica como «El concierto de Aranjuez» y acordes de guitarra de Paco de Lucía. De cara a Navidad, pondrán flores rojas de poinsettia rodeadas de velas en una decoración que quieren extender hasta La Ereta y a la calle San Rafael.

Personas de todas las edades van al Casco Antiguo a contemplar la decoración. | JOSE NAVARRO

Los restaurantes próximos, cuando tienen cola para entrar, envían, sobre todo a los turistas extranjeros, a visitar el rincón iluminado con velas y cada sábado vuelve gente que ya ha visto la decoración a disfrutar de nuevo del encanto que le da a Santa Cruz, e incluso les han regalado un extintor para prevenir cualquier incidente. El barrio recibió, durante toda la jornada del sábado, la visita de 1.200 personas, según el conteo de los vecinos. Quieren que esté en las mejores condiciones, de ahí la demanda de un mayor baldeo, que también han conseguido, afirman, de la empresa de limpieza. «Antes venían cada 30 días. Hablamos con el inspector de zona del problema que teníamos porque el suelo es de mármol blanco y se ensucia mucho, y ahora baldean cada 15 días», explican los residentes.

El encendido con velas es, para los residentes en Santa Cruz, una forma de intentar cambiar la mala imagen del botellón, que controlan muy de cerca los vecinos, conectados entre ellos mediante WhatsApp para dar aviso a la Policía en cuanto detectan la presencia de grupos que van a beber. «El sábado me fui a dormir a las dos de la madrugada y estaban las motos de la Policía Local en El Portón como pedíamos. Se queda una patrulla, y cuando llegan los jóvenes con las bolsas y los ven, dan media vuelta y se marchan. Está siendo efectivo», señala Ballester. Sin embargo, en Santa Cruz son testigos de cómo las pandillas siguen tomando el parque de la Ereta porque tienen libre acceso por la plaza del Puente.

Compartir el artículo

stats