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Sobresaliente en ansiedad estudiantil

Los trastornos emocionales aumentan por la presión entre el alumnado de 2º de Bachillerato

Una alumna afronta el estudio para un examen. | INFORMACIÓN

Presión en las aulas. La vuelta a las aulas en formato de presencialidad completa en medio de la inestabilidad de la pandemia se salda con más atenciones por trastornos emocionales para los alumnos de 2º de Bachillerato. 

La ansiedad ha sido en este primer trimestre una asignatura común en el día a día de los que cursan este año segundo de bachillerato. Esta irregularidad emocional junto a otros trastornos distímicos, caracterizados por un estado de ánimo depresivo la mayor parte del tiempo; la anhedonia, falta de sensación de placer o disfrute, la desesperanza, los ataques de pánico e incluso las autolesiones son algunas de las causas que han hecho que este curso aumenten las atenciones en los departamentos de orientación de los centros educativos de la provincia. Un hecho que constata también el alumnado de esta promoción que aseguran sentirse los más perjudicados debido a las regularizaciones escolares realizadas a causa de la pandemia en dos cursos muy importantes como son 4º de ESO y 1º de Bachillerato.

El alumnado de bachillerato realiza un intercambio de clase para seguir el aprendizaje. | JUANI RUZ

Las atenciones a alumnos de 2º de Bachillerato en los departamentos de orientación de los centros educativos está al alza. El hecho de haber tenido una escolarización irregular por los efectos de la pandemia está siendo un factor de estrés importante, ya estos alumnos durante 4º curso, interrumpieron su presencia en las aulas sin vuelta hasta 6 meses después, y cuando volvieron a las clases en 1º de Bachillerato, en muchos centros lo hicieron de manera semipresencial, ya que para poder cumplir los ratios que exigía la Conselleria de Educación, tenían que ir día si, día no, a las aulas, compatibilizando la enseñanza presencial con la gestión personal del tiempo el día en que no tenían clase.

Esto ha hecho que, como explica María Jurado, alumna del IES Mutxamel, «el año pasado en primero había algunas asignaturas que no las cursábamos nada más que una vez a la semana y otras que incluso lo hacíamos cada dos, por lo tanto la materia no se podía dar igual y eso nos ha perjudicado; el año pasado ya lo veíamos pero las consecuencias las estamos padeciendo ahora».

Como explica la psicóloga clínica y orientadora educativa del mismo IES Mutxamel, Inma Seguí, «esta tendencia que estamos apreciando al alza de casos de trastornos de tipo emocional viene desde el curso pasado, pero es especialmente llamativa en este 2021-2022. En estos dos años en los que han tenido más libertad para organizarse, muchos estudiantes reconocen no haberlo hecho suficientemente bien, la tentación de las nuevas tecnologías estando solos en casa ha sido y es un ladrón del tiempo ante el que pocos pueden resistirse y este factor de la organización del tiempo está afectando a la manera de afrontar este curso». Puntualiza que «uno de los principales factores para controlar el miedo es exponernos a aquello que nos asusta, y estos dos cursos pasados, por el contrario, se han mantenido en una zona de confort en la que han afrontado menos sus temores, menos exámenes, menos deberes, menos compañeros, menos extraescolares, menos madrugones, etcétera».

Expertos aluden a la falta de manejo de las emociones y asunción de responsabilidades para evitar presiones

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Alba Martínez, alumna de 2º de Bachillerato en el IES Playa de San Juan de Alicante, asegura que «sin duda este primer trimestre hemos apreciado las consecuencias de la semipresencialidad, estar en casa y aunque en el último trimestre del pasado curso pusieron cámaras y dábamos clase online desde casa no es lo mismo, la concentración no es igual y falta el contacto con los compañeros que en muchas ocasiones también te dan ayuda y apoyo». Respecto a las emociones vividas o el estado anímico describe que «la sensación de frustración es bastante constante pues parece que no llegues a todo a pesar de organizarte».

Otra de las causas como apunta Marta Muela, del colegio San Agustín de Alicante, son las notas «hemos visto como subieron las notas de corte de las carreras tras la última EBAU y esto hace que gente que quizás necesitaba un ocho ahora necesite un 10; esto al final genera presión y más cuando ves que no llegas a la nota, parece que un número te persigue todo el curso. En mi caso, no he sufrido ningún trastorno emocional lejos del agobio cotidiano pero sí estoy viendo a muchos compañeros que lo sufren y en muchos casos vienen derivados de la presión de no llegar a la nota que actualmente piden en la carrera y universidad a la que quieren ir». En este aspecto, María Jurado añade que «además como es mi caso, cuando no sabes muy bien qué carrera o ciclo formativo vas a elegir el tema de las notas aún genera mayor incertidumbre», dado que «no tienes un objetivo numérico claro y parece que estás estudiando con mucha presión pero no consigues nada en concreto».

Suspenso en gestión emocional

Inma Seguí suma a estas cuestiones otra muy importante como es la deficiencia que tienen los adolescentes a la hora de la gestión emocional, «tengo la sensación de que falta mucho trabajo de manejo de las emociones, de asunción de responsabilidades, y de permitir a nuestros hijos hacerse mayores y que sepan afrontar la presión constante y el miedo».

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