En la víspera de Nochebuena se procederá a la reinauguración de la fuente de Luceros tras la restauración del monumento, que se ha prolongado durante seis meses. El jueves 23 de diciembre se realizará un espectáculo de agua y luces para celebrar la nueva imagen de la emblemática escultura, tras la intervención a cargo de la empresa Estudio Métodos de Restauración (que realizó una actuación en la Catedral de Santiago) y un presupuesto de 302.000 euros. De esta forma se estrena el nuevo mecanismo que confiere un nuevo atractivo a la fuente. En estos últimos días, la empresa está procediendo a pintar el vaso tras cambiar el revestimiento dado que la pileta sufría filtraciones de agua. A principios de la próxima semana se procederá a retirar del vallado que permitirá contemplar el monumento sin obstáculos a la vista tras su lavado de cara. El vallado está todavía instalado y no permite contemplar la fuente completa aunque sí la parte más elevada.
La intervención permite ver de entrada un color más claro de la fuente obra del escultor Daniel Bañuls en 1931. Según ha explicado la jefa de Obras, Ester Vera, uno de los principios problemas que la dirección de obra ya plasmó en el proyecto era la gran cantidad de hierros oxidados en la fuente y la corrosión, "que era lo que más daño le estaba haciendo, esto ha superado las expectativas". También el deterioro de la parte baja por "los accidentes sufridos", como un acto vandálico con un martillo en mayo de 2019; y la suciedad ambiental dado que "la "polución es un factor que afecta muchísimo. La fuente está en el centro de Alicante y hay mucho tráfico". Los trabajadores esperan que el nuevo aspecto de la fuente "dure mucho", pese a señalar que, además de la polución, la obra sufre vibraciones del tráfico, está sobre una estación del tranvía y es escenario de espectáculos pirotécnicos que provocan vibraciones. Otro factor es el ambiente salino de la ciudad.
"Ha sido un trabajo de restauración importante, sobre todo en la parte baja. La más alta estaba mejor conservada, y la zona inferior en peores condiciones pero nada que nos haya frenado. Quizá estaba algo peor de lo que esperábamos y nos ha entretenido más", ralentizando el trabajo. También ha visto intervenciones realizadas a lo largo del tiempo parcheando la obra. La limpieza de la parte superior y de los caballos se ha realizado con veladuras de pigmentos minerales que han unificado los tonos, a la vez que se ha renovado la pintura del vaso interno, que sufría, problemas de filtración, actuándose también en toda la parte de abajo de la taza, "que presenta un enlucido nuevo". También se han rehecho algunas piezas dado que los cuatro caballos son iguales. Para ello "se han cogido piezas de los distintos corceles y se han completado piezas que faltaban como una pata de los caballos, una piña que había desaparecido por completo". Lo mismo ha ocurrido con un brazo de una de las esculturas y con un friso, dado que partes en contacto con el agua se habían deteriorado, señala la restauradora Ester Vera, que destaca la proximidad de la conclusión de los trabajos ante la reinauguración el jueves próximo. Por último, se ha sustituido la cerámica de los paneles.
