Los estudiantes de Bachillerato y de tercero y cuarto de ESO reclaman una enseñanza más digitalizada para poder ser competentes con las tecnologías, así como una mejor formación entre sus profesores. Prefieren la enseñanza también presencial porque para el 46% el método online obligado el curso pasado por la pandemia ha supuesto un sobresfuerzo que luego no han visto traducido en las notas a la hora de ser evaluados, lo que les parece injusto.
Son algunas de las conclusiones de una encuesta realizada por la Fad, Fundación de ayuda a la juventud y el BBVA, «para apoyar la transformacion digital en el ámbito educativo», como indica el informe elaborado tras analizar las respuestas del alumnado de centros tanto públicos como privados en las autonomías.
Uno de cada cinco estudiantes confiesa haberse quedado atrás en el curso a consecuencia de la falta de medios -siguieron las clases con su móvil al carecer de portátil-, y conocimientos adecuados para seguir las clases online, amén de que en general coinciden en señalar que han sufrido ansiedad y aburrimiento por la falta de interacción social, lo que afecta a la concentración y la motivación en los estudios.
Por todo ello apuestan por la enseñanza presencial, pero en casi idéntico porcentaje advierten que el futuro será híbrido entre la enseñanza online y la presencial, de ahí que demanden de los centros educativos el uso de medios tecnológicos en su aprendizaje. Consideran que los centros están bien dotados en este sentido, pero que no se hace un uso educativo de las tecnologías como elementos ya imprescindibles de la enseñanza y lejos de las clases magistrales. Las encuestas se llevaron a cabo a finales curso pasado tras la experiencia online obligada por la pandemia.
También lamentan una desigualdad excesiva en la formación de unos y otros profesores, en el sentido de que algunos adaptaban bien la enseñanza al sistema online pero otros iban «muy perdidos» como precisan en sus respuestas los alumnos.
La familia ha supuesto un apoyo fundamental para poder defenderse con la enseñanza online, al igual que los amigos, pero en la mayoría de los casos ha sido el «ensayo-error» en su incursión a internet lo que les ha llevado a un autoaprendizaje digital forzado.
A la vista de lo sucedido esperan que el sistema educativo se ponga las pilas y que se generalice en las aulas el empleo de videojuegos, por ejemplo, para la enseñanza. Quieren aprender, no jugar, porque se han sentido perdidos a la hora de entrar en plataformas web para hacer los deberes, y se saben mucho menos expertos en competencias digitales de lo que sus profesores puedan pensar.
