El aumento de intentos de suicidio se frena en adolescentes pero hay más trastornos alimentarios

La espera para que el psiquiatra atienda a la población infantojuvenil es de entre tres y seis meses en la provincia

Los problemas con la comida se presentan ya a los 10 años

El incremento de casos de intentos de suicidio y conductas autolesivas en adolescentes se ha frenado pero aumentan los trastornos alimentarios con pacientes de solo 10 años.

El incremento de casos de intentos de suicidio y conductas autolesivas en adolescentes se ha frenado pero aumentan los trastornos alimentarios con pacientes de solo 10 años. / Juani Ruz

J. Hernández

J. Hernández

 Los intentos de suicidio y las conductas autolesivas entre los adolescentes de la provincia de Alicante siguen siendo constantes y una problemática diaria, pero el incremento de casos se ha frenado. En cambio, los trastornos de la conducta alimentaria sufren un aumento y los casos de ingreso son cada vez más graves, con un índice de desnutrición mayor. De hecho, la media de índice de masa corporal (IMC) con que los pacientes llegan al hospital ronda la cifra de 12, lo que implica una gravedad extrema, ya que el índice saludable es de 18,5.

Además, los menores con trastornos de la conducta alimentaria que necesitan hospitalización son cada vez más jóvenes: son trastornos que aparecen a una edad cada vez más corta, incluso a los 10 años.

Cifras similares

Así lo afirma el doctor Vicente Elvira, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant, centro de la sanidad pública de la provincia que cuenta con planta de hospitalización psiquiátrica. Las cifras de intentos de suicidio en población infantojuvenil entre 11 y 18 años que entran por Urgencias son similares a los del pasado ejercicio, cuando los médicos constataron que estos casos se habían multiplicado por cinco desde la pandemia.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud de 2017 solamente un 1% de la población infantil y juvenil sufría de problemas de salud mental pero a raíz de la pandemia de covid-19, la situación empeoró radicalmente con un aumento de hasta el 47% en estos trastornos en la infancia y en la adolescencia, aunque por suerte este grave problema parece haberse frenado y las atenciones a menores o adolescentes con intento de suicidio se han estabilizado, señala el doctor Elvira.

Presión perenne

«Ahora podemos decir que no todas las semanas tenemos ingresados a pacientes menores de edad, como sucedía antes». Aun así, el jefe de Psiquiatría apunta que la presión sobre la planta de agudos continúa perenne. Las 30 camas de las que dispone la unidad de ingreso psiquiátrico del Hospital de Sant Joan, que es la segunda mayor de los hospitales autonómicos, están siempre ocupadas, casi al 100%, «no obstante, se está dando respuesta a la demanda». 

«Ahora podemos decir que no todas las semanas tenemos ingresados a pacientes menores de edad, como sucedía antes».

Doctor Vicente Elvira

— Jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario de Sant Joan

En cuanto a las Urgencias, la presión es muy alta. «Nosotros intentamos verlo por el lado bueno; que en parte se debe a que se da una respuesta rápida y eficaz».

Los trastornos alimentarios sufren un repunte a estas edades. Según datos de la Fundación Fita, son la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia. En España hay 300.000 jóvenes a partir de 12 años afectados; con casos detectados por los médicos alicantinos de niños con apenas 10 años que no son anecdóticos sino cada vez más frecuentes.

Plan de Salud Mental

La demora en la atención psicológica y en Psiquiatría en la sanidad pública a consecuencia también de la falta de recursos suficientes agrava esta problemática. La Generalitat Valenciana ha diseñado el Plan de Salud Mental y Adicciones, que intenta dar cobertura a las necesidades de la población.

Con un presupuesto de 284 millones, contempla 23 hospitales de día para infancia y adolescencia que el Consell prevé que están abiertos y en funcionamiento en marzo de 2025, según avanzó a este diario el responsable de la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones, Bartolomé Pérez Gálvez. Este plan intenta atajar la problemática en la Comunidad, pues es la autonomía con la mayor tasa de trastornos mentales, consumo de alcohol, cannabis y tranquilizantes en menores de 12 a 16 años; y se sitúa a la cola en recursos y formación de especialistas.

Demora

¿Cómo está ahora la demora en atención a salud mental? La espera para que el psiquiatra atienda a niños y jóvenes está entre tres y seis meses en todos los departamentos de salud de la provincia de Alicante y del resto de la Comunidad Valenciana. «Sigue habiendo lista de espera para atender a la población infantojuvenil», señala la doctora Luz Vázquez, coordinadora del grupo de trabajo de salud mental de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SoVaMFiC), que añade que «el problema es que esto genera mucho malestar dentro de las familias, que no saben cómo abordar lo que les ocurre a sus hijos y lo suelen llevar muy mal».

"Sigue habiendo lista de espera para atender a la población infantojuvenil»

Doctora Luz Vázquez

— Coordinadora del grupo de trabajo de salud mental de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria

Por otro lado, indica que a nivel de Atención Primaria se siente impotencia de que haya estas listas de espera y que no se pueda acceder a ningún recurso hasta que el paciente sea visto por un psiquiatra infantojuvenil. Así, destaca la presión que sienten los compañeros de Psiquiatría dentro de los servicios porque «obviamente a nadie le gusta tener dentro de sus servicios entre tres y seis meses de lista de espera. Tienen mucha presión por esta parte y pocos recursos para atender lo que atienden diariamente, ya no solo a nivel de Psiquiatría sino de recursos comunitarios o sociales. Es un auténtico problema». 

Segundas citas con demora

La doctora recuerda que esta situación se ha disparado a raíz de la pandemia y que, además de la tardanza inicial en ser atendidos, muchas familias sufren por falta de recursos la demora de los servicios en el tiempo pues se les da la segunda o tercera cita en dos o tres meses, lo que hace que muchas opten por la sanidad privada para poder afrontar la situación que tienen en casa. 

También los psicólogos privados tienen demora con una lista de espera de unos dos meses. El especialista de Alicante David López coincide con el doctor Elvira en que la situación de la adolescencia ha mejorado algo respecto a la pandemia aunque no de manera significativa. 

Tsunami

Desde baja autoestima e intolerancia a la frustración a la adicción a las tecnologías, problemas de alimentación y autolesiones, estas situaciones siempre han estado presentes «pero con la pandemia hubo un colapso salvaje en la sanidad pública y en la privada. El tsunami que nos vino hizo un destrozo considerable y seguimos arreglando las consecuencias. No estamos en plena ola pero la carga de trabajo es considerable».

"Con la pandemia hubo un colapso salvaje en la sanidad pública y en la privada"

David López

— Psicólogo

En consulta ven sobre todo problemas del estado anímico, como depresión, apatía, desmotivación, desgana. También trastornos de ansiedad, alimentarios, conductas adictivas a las tecnologías y a las apuestas. Los casos de intentos de suicidio y autolesiones se mantienen, sin ir a más.

Detrás, «hay poco fortalecimiento, la inmediatez, el querer tener todo rápido, apoyado por las redes sociales, donde viven en un mundo irreal que potencia los trastornos, con una sociedad en la que la gente joven no entiende el concepto de sufrimiento de manera correcta y busca un alivio y un estado de felicidad constante». 

Diagnóstico de trastornos del neurodesarrollo desde los 2 años

Hospitales públicos como el de Sant Joan tienen unidades de Atención Integral del Trastorno del Espectro Autista que, en colaboración con especialistas de neuropediatría, diagnostican y tratan a pacientes con trastornos del espectro autista y otros relacionados con el neurodesarrollo. A una edad tan temprana como los dos años atienden y ven a los menores el neuropediatra, el psiquiatra, el psicólogo y la trabajadora social, evitando peregrinajes a otros especialistas y demoras diagnósticas. Otros trastornos como el déficit de atención por hiperactividad pueden consultar un poco más tarde. Los de conducta se diagnostican también de forma temprana si interfieren en el funcionamiento familia y escolar.