Sorpresa en todos los ámbitos, sobre todo porque procede de un país, Hungría, cuya cinematografía es totalmente desconocida por estos lares, esta película llama de inmediato la atención por la descripción de unos personajes de una sensibilidad extraordinaria.

Hasta tal punto que se ha erigido en una de las más elogiadas por la crítica del cine europeo de 2017, conquistando el Oso de Oro y el premio del Jurado ecuménico del Festival de Berlín, además del FIPRESCI de la crítica, y optando por su país a la nominación al Óscar a la mejor cinta en lengua extranjera.

Con la peculiaridad añadida de que está dirigida por una mujer, Eldeki Endeyi, que es responsable de una filmografía integrada por seis largometrajes más, todos inéditos en España, pero que no hacía cine desde 1999. Autora también de algún documental, la realizadora entra en la trama mostrando con detalle los elementos que definen el entorno humano y profesional de los dos protagonistas, Maria y Endre, dos seres introvertidos y poco dados a comunicarse con los demás que se conocen cuando ella empieza a trabajar en el matadero -mostrado en toda su crudeza en primeros planos- en el que él es ya un veterano.

El personaje, sin duda, más peculiar es María, una chica joven que vive encerrada en sí misma y con signos de que está ausente de todo, que confiesa al médico que le efectúa un reconocimiento médico de empresa que es todavía virgen. Pese a ello, a las dificultades de mantener con ella una conversación, Endre logrará iniciar una relación carente de sexo que se va reforzando por la insólita circunstancia de que los dos sueñan mucho y en algún caso han tenido el mismo sueño.

A partir del momento en que el factor onírico condiciona sus encuentros y hace de ellos motivos para la conversación da la impresión que se va rompiendo una barrera infranqueable. El tema es si ese vínculo será suficiente para que el amor se abra paso y supere obstáculos realmente graves. La cinta se vale para contar esta historia de unas imágenes metafóricas que nos muestran a dos ciervos que se observan en un marco nevado precioso.