Sorprendió a todos en el Festival de Berlín, donde se hizo con el premio a la mejor opera prima y pone de manifiesto, desde luego, las virtudes de un cineasta recién llegado, el director y guionista irlandés Mark Noonan, que demuestra, entre otras virtudes, su buen hacer a la hora de describir a unos personajes que tienen vida propia.

Debutar con una película como ésta es un síntoma de madurez impropio de un autor que se ha criado en los ámbitos del corto pero que está preparado y curtido para afrontar riesgos de mucha mayor dimensión. Su «oficio» se deja sentir, asimismo, en la dirección de actor es, sacando un partido espléndido de los dos protagonistas, Aidan Guillen y Lauren Kinsella. Aunque la cinta se ha estrenado en España en régimen muy restringido, el aficionado detectará de inmediato sus cualidades para merecer su consideración.

Con un acento irlandés que se extiende por todos sus poros, lo que muestran las imágenes es la necesidad de cariño y las consecuencias que la ausencia de familia originan en personas que tienen ante sí el reto de superar los traumas de la soledad.

Will es un hombre que sabe mucho de todo eso porque acaba de salir de la cárcel en libertad condicional y tiene ante sí la ocasión, si demuestra que puede ser un padre responsable, de convertirse en tutor de su sobrina Stacey, que no tenía padre y ahora se ha quedado huérfana al perder a su madre. A partir del reencuentro de ambos las cosas no parecen demasiado viables de cara a una estrecha vinculación, especialmente por- que la niña sufre los efectos de las graves carencias en materia de sentimientos que ha sufrido y que vuelca a menudo con su afán por recurrir a los tacos.

Naturalmente, los problemas que sufren estos dos seres son muy complicados y dificultarán su aproximación a una sociedad que no está por la labor de ayudarles con la generosidad necesaria, hasta el extremo de que Stacey es rechazada por la escuela local. Y de ahí que sobre la cabeza de Will pese demasiado una espada de Damocles que puede impedir el inicio de una nueva vida en clave de familia.