Seguro que alguna vez se han preguntado de qué está hecho un Oscar. Pues bien, aunque las preciadas estatuillas, que se entregarán el 9 de febrero en el Teatro Dolby de Los Ángeles, siempre han mantenido el mismo diseño, el material sí que ha variado a lo largo del tiempo.

En su origen, el premio cinematográfico más famoso del mundo estaba elaborado de bronce macizo bañado en oro. Pero poco después pasó a fabricarse con una aleación que permitía darle un acabado pulido.

Excepcionalmente, entre los años 1942 y 1944, los Oscar, que miden poco más de 34 centímetros y pesan unos cuatro kilos cada uno, se fabricaron en yeso. Esto tiene una explicación: eran tiempos de guerra. No obstante, una vez superada la crisis, los dueños cambiaron aquellos premios temporales por las clásicas estatuillas doradas.

Unas estatuillas que representan a un caballero armado con una espada que aguarda de pie sobre un rollo de película de cinco radios. Cada radio simboliza una de las cinco ramas originales de la Academia: actores, guionistas, directores, productores y técnicos.

Actualmente, los premios se fabrican con britannium, una aleación de metal formada por cobre, estaño y regulo de antominio, que luego es bañada con oro de 24 kilates.

Por otra parte, cabe destacar que las figuras no siempre han llevado número de serie en la base. Empezaron a ser numeradas en 1949 y se tomó el nº 501 como punto de partida.

Cada año se fabrican entre 50 y 60 estatuillas: las que no cumplen todos los controles de calidad son partidas y fundidas de nuevo. Se calcula que para fabricar un Oscar se necesitan 12 personas que tardan unas 20 horas en elaborarla.

En un principio, el premio no tenía nombre, y tanto la prensa como la gente de la industria se refería a ella como "la estatuilla de la Academia", "el trofeo dorado" o "la estatuilla al mérito".

Dicen que fue Margaret Herrick, bibliotecaria de la Academia y más tarde directora ejecutiva, quien "bautizó" a la figura como Oscar. Al parecer, Herrick comentó que el caballero de la espada le recordaba a su tío Oscar, y desde entonces la Academia empezó a referirse a ella de esa manera.

Creada en 1928, esta estatuilla fue diseñada por Cedric Gibbons, director artístico de Metro Goldwyn Meyer, aunque fue el artista George Stanley quien la esculpió.