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Rescatan los expedientes del campo de concentración del Castillo de Santa Bárbara

El Archivo Histórico Provincial ha documentado ya un centenar de registros de traslado desde la fortaleza a otras prisiones - Funcionó con este fin entre el 1 de abril y el 24 de diciembre del 39

Uno de los expedientes en el que se detalla que el preso procede del Castillo de Santa Bárbara, para su traslado a la prisión de la Fábrica de Elche.

Entre el 1 de abril y el 24 de diciembre de 1939, el Castillo de Santa Bárbara se convirtió en un campo de concentración donde fueron trasladados los últimos republicanos que desde el puerto de Alicante intentaron salir por mar de España. Este fue, junto al del Castillo de San Fernando, el reducto carcelario más duradero habilitado tras el fin de la Guerra Civil, hasta que los presos fueron trasladados a diferentes cárceles de la provincia.

De sus expedientes carcelarios poco se sabe. Los únicos datos existentes de ese momento son los libros de registro de los detenidos que se hicieron en el mismo puerto de Alicante, uno para hombres y otro para mujeres. Hasta ahora, cuando el Archivo Histórico Provincial de Alicante se ha puesto a trabajar en la documentación recibida desde Instituciones Penitenciarias a partir de 2008, cuando la Ley de Memoria Histórica contempló por decreto la transferencia de esos fondos de las prisiones franquistas de cada provincia, que entonces se encontraban en el Centro Penitenciario de Fontcalent.

Documento con el sello del Castillo de Santa Bárbara. ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL

En total llegaron al AHPA 485 legajos y 44.899 expedientes, en tres entregas distintas, realizadas el 17 de diciembre de 2008, el 16 de febrero de 2011 y el 6 de marzo de 2012. De ellos, se han documentado mas de 18.500 y han aparecido un centenar que se corresponden con prisioneros que estuvieron en el Castillo de Santa Bárbara.

La mayor parte procedían del Campo de los Almendros, que lo habían habilitado el 30 de marzo, pero que se mantuvo abierto únicamente hasta el 6 de abril. Por este motivo a toda la gente que había en ese espacio, que no era muy grande ni tenía las mínimos servicios necesarios, la trasladaron al Castillo de Santa Bárbara.

«Los documentos tienen poca información porque entonces los datos de los primeros meses son muy escuetos y muchas veces no pone ni el delito», asegura María del Olmo, directora del Archivo Histórico Provincial. La mayoría recoge el traslado de los presos desde el Castillo de Santa Bárbara, tras su cierre el 24 de diciembre del 39, a Elche, «primero a la cárcel habilitada en una fábrica y posteriormente ya a la prisión preventiva, o también al Campo de Albatera».

Dos expedientes de presos, en los que se registra su traslado desde el Castillo de Santa Bárbara hasta la cárcel de Elche. ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL

Esta documentación es la que ya se ha puesto a disposición de los investigadores, ya que hasta ahora no se conocía. «Eso es lo que ha salido hasta ahora, pero seguro que van a aparecer más».

Se estima que unos 3.000 republicanos pasaron por el campo de concentración de la fortaleza alicantina, «pero no había un registro exacto del número de presos; imagino que ahora, cuando acabemos de documentar todo el fondo podremos acercarnos más a la cifra exacta, pero de momento son especulaciones porque lo único que había eran los libros de registro de detenidos, donde ponía a veces la causa, aunque la mayoría estaban registrados como indocumentados, ya que antes de ser detenidos la arrojaban al mar para ver si se podían salvar».

Las mujeres, a los cines y al Teatro Principal

Las mujeres que fueron detenidas en el puerto de Alicante tuvieron un destino distinto y fueron recluidas en los cines, entre ellos el Ideal, y en el Teatro Principal. Posteriormente, fueron trasladadas a lo que se habilitó como cárcel de mujeres junto al Reformatorio de Adultos. Otros campos de concentración fueron el del Castillo de San Fernando, solo para militares; el de los Almendros, que duró una semana; la Plaza de Toros, activo durante un par de meses; una casa de ejercicios espirituales de los jesuitas en Benalúa, y el de Albatera, que duró hasta octubre del 39.

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